Capítulo 11: Hongos

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Entre sus dañados dedos llenos de tiritas, Akashi miraba las entradas del partido. Eran las ocho de la tarde y había llegado hacía no más de una hora a su cuarto tras la comida con su padre. Estaba muy cansado y también confundido. Sus manos dolían demasiado, pero recordar las manos del jugador de baloncesto acariciando sus dedos al colocar las tiritas, le hizo sonrojarse. ¡Maldita sea! Él no era así, él no se sonrojaba, ni hacía esas estupideces. Sólo había sido un revolcón... bueno... un par, pero nada más. En breve estaría comprometido con la hermana de ese chico, era mejor dejar todo como estaba.

La puerta se abrió con cautela. Se movía tan lenta y sigilosa, que no le hizo falta girarse para saber de quién se trataba. Sólo una persona abría con esa suavidad las puertas, casi como si de un fantasma se tratase. Su compañero de cuarto, Tetsu.

- Lo siento, Akashi, sólo venía a por mi mochila – sonrió levemente pese a que su rostro solía ser inexpresivo.

- No pasa nada. ¿Vas a escaparte esta noche también?

- S-sí. Lo siento, intentaré no despertarte cuando regrese.

- ¿Se puede saber dónde vas todas las noches con tanto sigilo? Siempre llegas de madrugada.

Su rostro pareció descomponerse. No estaba seguro qué contarle a su compañero de cuarto. No tenían una gran relación, ni siquiera eran amigos, simples compañeros de cuarto. Lo único que tenían en común... era que dormían en esa habitación.

- Yo...

- Da igual, déjalo. Ni siquiera me interesa. Haz lo que quieras, pero no me despiertes cuando llegues.

- Claro.

Tetsu miró el rostro pálido de su compañero. Él siempre había sido muy blanco pero... hoy estaba extrañamente más pálido aún. ¿Estaría enfermo? Se fijó en sus dedos. Debían dolerle horrores y supo que se habría pasado el día practicando en el dichoso piano. Era un genio... pero no sabía cuándo parar. Fue a recoger sus cosas y meterlas en la mochila para irse a trabajar al club, cuando sus ojos volvieron una vez más hacia los dedos de Akashi. No dejaba de mirar esos pequeños papeles.

- ¿Qué es eso? – preguntó Tetsu.

- ¿El qué?

- Lo que sostienes en las manos y te tiene tan absorto.

- ¿Esto? Son sólo un par de entradas para un partido de la NBA.

- No sabía que te gustaba el deporte.

- Y no me gusta, pero tendré que ir.

- No tienes que hacer algo que no te guste. Lo sabes, ¿verdad?

- Es complicado.

- ¿Tu padre? – preguntó Tetsu, porque más de una vez había visto lo estricto y manipulador que era el señor Masaomi con su hijo.

- Hoy he tenido una cita – resopló frustrado. Ni siquiera tenía que contarle algo así y no lo habría hecho, pero... hoy necesitaba hablar de lo que ocurría y Tetsu era la única persona a la que no había ahuyentado con su mal carácter – yo... mi padre quiere comprometerme con una chica de buena familia.

- Ya veo. Pero... ¿Te gusta a ti?

- No lo sé, la he conocido hoy, así que ni idea. Ahora mismo sería un no. No me llama la atención ni nada así. Su hermano juega al baloncesto en un equipo profesional. Me han regalado las entradas y toda la familia espera que asista. De hecho, me han dado un par para ir con un amigo pero... no sabría a quién invitar. ¿Tú vendrías conmigo?

Mi vida secreta como striper (Kuroko no basuke)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora