POEMA II Noche fría

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¡Qué noche para más fría!,
donde ni las estrellas la alumbran.
Así me siento hoy en esta silla,
fría, obscura y desnuda.

Necesito que aparezca mi luna,
esa vieja compañera que me inspira
y desata en mí la locura;
que despierta en mí el desenfreno
y la dulzura.

Necesito a mi hermosa luna,
aquella que me invita a tomar un lápiz
para plasmar en esta hoja
palabras más bellas de las que escribo ahora.

¡Qué noche tan fría!


Necesito despertar mi pasión de su profundo sueño,
antes de enfrentar el nuevo día,
antes de que el sol aparezca,
antes de que reemplace a mi fiel compañera.

La luna, la luna.

Solo un cuarto de ella alumbra sobre el resto,

y, aun así, por ella yo me muero

GRITOS CANTADOSWhere stories live. Discover now