Poema XXIX Espacio

3 0 0
                                    

De aquí al cielo,

De aquí a marte,

Años tardaría.

Un par de horas,

Un par de días,

de voluntad sería.

Afirmando sin oírte decirlos,

El mar de mi confidencia,

Aseguraba un final tranquilo.

Lo contrario fue,

de la noche a la mañana.

Una hoja arrancada del libro,

Desvió el rumbo de la novela.

Exilaban mis manos tantear los recuerdos

que con el tiempo se adaptaban a no poseerlos.

De aquí a un metro,

De escalón a escalón,

Costó subirlos.

El valor de poder saltarlos

sin sentir tu toque sobre mis hombros,

desde ahí hasta ahora,

se me hicieron infinitos,

que propio sellaron los años compartidos.

El dinero no compra un olvido,

el dinero no arranca un recuerdo.

Es la propia voluntad que deposita uno,

Como en una cuenta bancaria.

Mientras más costumbre se te haga,

más fácil se vuelve soltarlos.

Se siente infinito,

Como de aquí a Marte,

Años distantes para lograr arrancar el

tiempo compartido.

El amor no es doloroso,

El amor es bonito.

Doloroso es el olvido.

Paciencia es dejarlo al tiempo,

Como aquí a las galaxias,

Que duran años el recorrido.

Toma tiempo,

Desde amarse,

Hasta tachar de la memoria un nombre,

Para no inmortalizarlo con apego.

Nada es imposible,

Menos la muerte,

El cual es inevitable.

Todo es cuestión de tiempo.

De aquí al cielo,

De aquí a marte,

Y estaciones retardaría.

Irrealizable de ningún modo sería.

Porque nada es imposible,

Lo reafirmo, solo nuestra muerte.

GRITOS CANTADOSWhere stories live. Discover now