Poema IX Indecisos

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Y mis dedos tiemblan,
ansiosos de una respuesta,
de una decisión correcta.

Se distraen jugando con el lápiz.
Y hasta esta hora,
no consiguen oírlos.


No sabe a quién obedecer.

Están al borde de la impaciencia.
Y yo me siento culpable.

Se tensan al no saber a quién oír,

Y yo me siento culpable.

¿Qué he de hacer?
Más sufro yo

al saber que mi corazón y cabeza

pelean...
desde hace más de doce horas.

Estos pobres dedos no saben
a quién creerle.
No saben si escribirle.

Temen que otra vez,
esos tontos y necios,
sufren y lloren.

Sufre al verlos pelear

por esa persona,

Ese hombre que tanto daño les hizo,
a ese joven que jugó sin compasión y arrepentimiento,

Haciéndoles perder la razón,
Enamorándolos al borde del desenfreno.

¡No!
¡Miento!

Llegando a la depresión,

locura,

luego terminando desplomado

en el desenfreno.

Haciéndoles sentir que eran los únicos amores,

Los únicos de su falsa vida,

Pero detrás
Solo había falsedades
y un perfecto gran juego,

Llamado amor.

GRITOS CANTADOSWhere stories live. Discover now