Poema XXVI Letal

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Te amo.
Y cada siete meses repaso tus letras,
Imaginando la danza de tus manos al compás del lápiz.

Son las cartas que duermen en mis manos,
Desde años lejanos.

Están sucias,
Están selladas.

Hay sangre,
Temo que sean tuyas.

Sí de ti se trata el dueño,
me habrán derrotado.
Acabaría con la esperanza de volver un "te amo"
oír salir de tus labios.

No vuelves...
Y enloquecida corro hacia nuestra cama.

Guardan secretos apasionados,
Noches desveladas,
De las cuatro estaciones.

Un año más.
Yo sigo suplicando piedad al tiempo.

No debe correr,
Muy deprisa pasa por mi frente.

Yo rezo,
Pero parecen ser no oídas.

Un año y dos meses.
Me dijiste en tu carta
Que no pronto volverás a casa.

No hay esperanza de verte con respiro.
No hay promesas ya enviadas.

No descubro afirmaciones en tus escritos.

¡Perdí a mi hermano por esa maldita tregua!
Perdí a mi padre, perdí mi paz y mis sonrisas.

Redacto más de diez párrafos
Recalcando lo rota que me has dejado.

Tú siempre estarás en medio de balas, bombas y metralletas.

Mientras yo estaré en casa,
Esperando una carta que anuncié que ya no estarás más en esta tierra.

Lloro sin detenerme,
Sé que morirás.

Duele imaginar que nunca más volveré a probar de tus labios.

Es la desdicha de mi vida,
Amar a alguien que sentenciada su muerta está,
En medio de balas y tanta crueldad.

Pero yo he de esperar....

GRITOS CANTADOSWhere stories live. Discover now