- Eliana -
Bostecé, frotando mis ojos con cansancio, mientras tomaba asiento en la única butaca disponible frente a los probadores de la tienda. Observé a mi alrededor, y dando un sorbo a mi café cargado de Starbucks, relamí mis labios e intenté relajarme.
Luego de una larga y horrible noche, mentiría si dijera que, esta mañana, luego de mi eterno baño en la ducha, no me había esforzado para maquillar la hinchazón de mis ojos. No era una experta en belleza, pero lo poco que había aprendido en esos talleres de automaquillaje que la tía Cecil me obligó a tomar habían funcionado para hacer la diferencia. Odiaba saber que malgastaba mi tiempo llorando por alguien que no se lo merecía, lo detestaba, pero había un pequeño detalle y era que no podía controlar mis emociones. Así que dispuesta a darle batalla a una mierda de situación, recogí mi largo cabello en una trenza francesa, me vestí con los mejores mahones y cubriendo mi torso con una blusa floral de tirantes, acepté la invitación de Vicky para caminar por el centro comercial.
—Deberíamos poner algo de música. ¿No crees? Te modelaré muchos trajes de baño. Me veras en mi etapa más sexy, deberías sentirte abrumada.—murmuró mi amiga, logrando que le prestara total atención.
Maria Victoria Hernandez Riviera no solo era mi mejor amiga, se podía concluir que era la mujer mas extrovertida que había conocido en mis 22 años de vida. Vivía justo frente a la casa de mis tíos y aquella era una de las mil razones del por que nos llevábamos tan bien. Era una chica alta, delgada, de ojos grandes y oscuros, así como su piel bronceada y ese abundante cabello negro que se empeñaba en llevar hasta la mitad de su espalda. Su rostro perfilado, sus labios gruesos, además de esos exóticos lunares que decoraban su rostro, como aquel que destacaba sobre el tabique de su nariz y que por alguna razón la hacia lucir mucho más bonita de lo usual. En pocas palabras, era una Barbie, así como su mamá.
—¿Quieres que tome videos para que los subas a Instagram? —pregunté con diversión, achicando la vista mientras veía las prendas de ropa que me mostraba.
—Si, deberías. —murmuró sin prestar demasiada atención a mis palabras, sonriendo ampliamente al mostrarme un bonito conjunto de traje de baño de dos piezas color azul. —¿Qué piensas sobre este? —
—Me gusta el bordado en blanco. Haría contraste con tu color de piel. —sugerí, señalando el que colgaba en su mano opuesta.
—De acuerdo, iré a probármelos. —accedió, ofreciéndome su bolso para luego hacerse espacio hacia el probador, cerrando la cortina.
La canción de Mabel, "Don't Call Me Up", sonaba por los altavoces del amplio establecimiento, y sosteniendo mi celular con interés, me aseguré de colocar el bolso de Vicky junto a mis piernas. Sostuve el vaso térmico del Starbucks, y rindiéndome ante la necesidad de saber del mundo accedí a la mencionada red social. Miles de fotos se desplazaron frente a mis ojos, y las historias de los usuarios brillaron en la parte superior de la pantalla, lista para ser vistas.
—¿Sabes? La consejera del departamento de ciencias se reunió ayer en la mañana conmigo. — comentó Vicky, rompiendo el silencio mientras sus prendas de ropa caían al suelo.
Observé la cortina, y frunciendo el ceño con evidente interés ante aquellas palabras, me incliné hacia el frente, interesada en el tema.
—¿Y qué... quería? —pregunté, incitándola a continuar.
Observé cómo asomó la cabeza por un pequeño hueco, y luego de relamer sus labios la vi sonreír ampliamente. En aquel instante se le hizo imposible ocultar el brillo de emoción que iluminaba su rostro y eso fue todo lo que necesite para saber que eran buenas noticias.
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ENAMORADO DE ELIANA © - ACTUALIZANDO
RomanceLista para celebrar sus veintitrés años, Eliana Corbin descubrió dos cosas que la iban a ayudar a no perder la cabeza. La primera, el amor no era más que sacrificios y malos ratos, todo el tiempo. Según experiencias ajenas, estar enamorada era inten...