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Cristian me dejo en la casa de mis viejos, de el problema entre los dos del que Sabri no sabía, no hablamos y yo preferiría no tocarlo más. Ya estaba todo claro.
Gracias al cielo, mis viejos se habían ido al laburo y yo tenía que hacer lo propio, así me iba a mantener con la cabeza ocupada y así lo hice por semanas, hasta que una pelea arruinó el delicado equilibrio en el que estaba viviendo.
—no se que cagada se habrá mandado para que Sabrina no la aguante— escuche antes de entrar al comedor unos días después, era mi mamá y era obvio hablaba de mi.
—ya sabes Clara, ella es tan...— decía mi viejo cuando entre y lo interrumpi.
—decilo viejo, deci que soy una puta o que no valgo nada... seguramente tengas razón— solté con furia, pero en el fondo no me enojaba porque había mucha verdad en lo que decía.
—ya no se que hacer con vos Carolina— se quejó mi papá y apreté los puños, ellos dos no comprendían nada.
—hace lo de siempre anda al estudio y internate todo el día laburando, olvídate que me tenes— sugerí y él se levantó de su lugar.
—siempre lo hice por vos— dijo casi a los gritos, pero yo sabía que eso era una excusa, siempre supe que él lo hacía por su prestigio y esas cosas.
—nunca tuviste tiempo para mi viejo— dije y vi como le dolió.
—me hice todo el tiempo que pude— atacó y yo vi la salida más rápida.
—tenes razón, pero pudiste poco— dije y tome una decisión en caliente —me voy.
Mac Allister me lo había adelantado, no iba a aguantar mucho con mis viejos (y volver con Sabrina no era opción) por eso me ofreció su casa... aunque cuando él lo sugirió no quise ni pensarlo, con esa pelea cualquier lugar lejos de mis viejos era un buen lugar. Deje esa habitación y me encerré para mandarle el mensaje a Kevin, y guardar mis cosas.
Kevito:《mi casa es tu casa》 《Ya voy a buscarte》
Al tiempo escuché que tocaron bocina y salí con mis cosas de la casa sin mirar los rostros de mis papás, parecía que no había caso, cada año se ponía más dura mi relación con ellos. Solo les grité un Chau.
—¿estás bien?— me preguntó Kevin al tiempo que guardaba mis bolsos en el asiento de atrás.
—voy a estar mejor— dije y entré al auto —Kev, es por un tiempo esto— me expliqué y él negó.
