PERRO HOMBRE

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Lentamente se va acercando. Al principio, desconfia. Mueve la cabeza. Agudiza el olfato. Se aproxima dando rodeos. La espalda esta completamente encorvada, la espina dorsal dibuja en la oscuridad un curva de huevos montañosos. La piel sucia, curtida de tierra, lluvia y sol, como cruzada de lineas negras que trazan dibujos incomprencibles. Las extremidades se extienden y contren con cada paso. Las manos se apoyan en la tierra mientras avanza.
Entonces los ojos. La animalidad en ellos es mas notoria aun que en las piernas y brazos deformados. Es la mirada espectante del perro: la boca abierta, la lengua colgando. Alejandro siente que el frio le sube desde los pies y mientras el hombre, primero, lo mira, como hacen los perros cuando buscan una señal de confianza. Al rato, como si fuera un hocico, la nariz se refriega contra la pierna de Alejandro, que se contiene aunque quiere gritar, quiere correr, quiere llorar. Pero se contiene. Mientras el hombre lo olfatea el piensa que no hay que sentir miedo por que los aminales lo notan. La forma en que mueve la cabeza, la huele: todo en el es animal; el hombre desnudo sigue olfateandolo con largas inhalaciones y gestos de placer. Es casi como verlo alimentarse. Entonces salta. Permanece sobre sus piernas por poco tiempo. Se nota que no esta acostumbrado a caminar sobre ellas.
Apoya las manos sobre los hombros de Alejandro y logra sostenerse. Como haria un perro. Ahora estan frente con frente. El hombre desnudo lo tiene aprisionado. Su olor es nauseabundo. Saca la lengua y le lame la cara. Alejandro no resiste mas. Como puede, se libera. El hombre desnudo vuelve a su rincon.
Afuera, Alejandro vomita. Al levantar la cabeza al levantar la cabeza se encuentra con la sonrisa muerta del padre de Dimitri. Ahora comprende. Comprende el odio. En la tranquera, al abrirle, el padre de Dimitri vuelve a mirarlo con desprecio.
-Mi hijo no es un perro-dice-no importa lo que le hayan hecho, no es un perro...
-No, no... -balbucea Alejandro.
La mueca muerta no se va. El desprecio en la mirada, tampoco. Responde algo que no se escucha, un insulto en ruso, y vuelve a su casa.

La Oscuridad De Los ColoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora