EL CUERPO HUMANO

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Alejandro tenía en su cabeza demasiadas preguntas sin resolver. Al misterioso regreso de los niños secuestrados y lo surgido en la sesión de hipnosis de Amira, se sumaba ahora un asesinato. Y también, el deseo de descubrir quién lo había salvado del cuchillo de Joseph. Nesecitaba a alguien que lo ayudase a pensar y por el momento sólo contaba con Máximo Landore.
Se encontraba en la confitería La Ideal, en una mesa apartada. Alejandro le había pedido a Máximo que se vieran allí.
Observándolo fuera de la habitación de su hotel, en un ambiente tan poco habitual para el hipnotizador parecía entusiasmarse mientras Alejandro lo ponía al tanto de las novedades y le explicaba como había desifrado lo dicho por Amira en la sesión de hipnosis hasta encontrar en el puerto a Joseph , el cangrejo gigante, y como el antiguo marinero había intentado matarlo, para unas horas después aparecer muerto.
–Leí algo sobre esos crimen en los diarios, no sabía que usted estuviera involucrado...
– Y no lo estoy.
–¿Esta seguro de eso?
–No se lo que pasó. Estaba vivo.
–¿Y luego?
–Solo sé lo que leí en los diarios: alguien lo asesino en el mismo descampado que yo estaba, ensañándose especialmente con el cadáver...
–Si. Dicen que no fue un asesinato normal, que fue algo... Artístico.
La palabra artístico quedó flotando en el aire durante un incómodo silencio. Cerca de ellos, contra una pared, descansaba el busto de algún prócer. En la otra punta del salón, una ninfa o alguna otra representación idealista de la femineidad alzaba sus brazos al cielo. Eso era arte, sin embargo, lo encontrado en el puerto tenía poco que ver con esa clase de arte.
—El cuerpo humano es tan poca cosa...— dijo Máximo
–¿Perdón?
–¿No es ese el motivo de todos nuestros sufrimientos? Somos capaces de soñar lo que no podemos realizar. He ahí la desgracia del hombre. Puedo sentir ahora mismo el aire golpeando contra mi rostro mientras me remontó al cielo. Sin embargo, si me subo a lo más alto de este edificio y salto, ambos sabemos que terminaré estrellado contra el piso. ¿Por que?.
–¿Por que no es un pájaro?
–No hombre le hablo de otra cosa.¿Como es posible que seamos más que nuestros sueños? ¿Que nos impide superarnos ?: Nuestro cuerpo. Hay quien se admira, con razón , de las cualidades del cuerpo humano y su innegable armonía. Y no hay dudas de que se trata de una maquinaria extraordinaria, tan extraordinaria como el cuerpo de una ballena, el de un león o el de una lombriz, y sin embargo, mi alma es tanto más... Y digo la mía por que la suya no la conozco, ni la de nadie más, ni siquiera sé si las almas existen; me refiero con alma a este conjunto de impresiones que soy yo. ¡Y es tan increíble! Le aseguro que, si no fuera por mí cuerpo, podría volar. Le digo mas: si no fuera por mí cuerpo sería un extraordinario pianista, un atleta de excepción y un gran bailarín, por que si no fuera por mí cuerpo, mi alma no tendría límites.¿Me sigue?
–La verdad es que no...
–vamos, ¿No siente por momentos una fuerza descomunal, totalmente desproporcionada con respecto a la que su cuerpo tiene? Cuando se enoja, por ejemplo,¿No siente que sería capaz de incendiar el universo entero si pudiera salir de su cuerpo el fuego inmenso que lo posee?
–No entiendo a qué viene todo esto...
Por un momento Máximo pareció decepcionado.
–El alma es un dios en el cuerpo de un animal: esa es la desgracia del ser humano.
–Ajá.¿Y que tiene que ver eso con el asesinato?
– Piense en lo que el asesino hizo con el cuerpo.¿No es una forma de acabar con el límite del que le hablo? ¿No intentaba el asesino convertir el cuerpo humano en algo grandioso? Al transformar el cuerpo de su víctima en una obra de arte,¿No buscaba expresar lo que realmente es el ser humano? Convirtió el cuerpo de un viejo borracho en algo maravilloso, extraño, inexplicable, como el alma.
–si... Un viejo borracho que hasta hace poco estaba vivo, y aquí la cuestión es filosofar menos y descubrir quién lo asesino y por que.
–Estoy tratando de pensar como la persona que cometió el crimen. ¿Prefiere que piense que esto es obra de fantasmas o de seres malignos escapados del infierno y que a usted lo rescató un grupo de ángeles?
–No..
–A mí me gustaría; tengo debilidad por lo fantástico, aunque hasta el momento mi vida haya sido estrictamente realista...
Alejandro interrumpió a Landore.
–Ese anciano era Joseph, el cangrejo gigante del relato de Amira, de eso estoy seguro. Por lo tanto, quien lo haya matado lo hizo para que no hablara. Por ahora, lo único que podemos hacer es realizar otra sesión de hipnosis con Amira. ¿Esta de acuerdo?
–Le dije cuando lo conocí que lo más probable es que su amiga estuviera mintiendo, pero los últimos acontecimientos me están empujando a creerle. Así que cuente conmigo; haremos otra sesión.

La Oscuridad De Los ColoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora