Capitulo 14: Una total locura.

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Narra Nick

Cuando Judy salió del baño limpiando su boca aún mareada llame inmediatamente al jefe Bogo para informarle lo que había pasado, Judy permanecía en silencio.

El jefe Bogo no me había contestado.

- ¿Será un homicidio? - le pregunté a Judy sabiendo que esta no iba a responderme, su mirada estaba perdida en su escritorio.

Tendrían que tener buenas razones para matarlo, tal vez descubrió algo importante que significaba una amenaza para alguien.

- No puedo creerlo - murmuró Judy, la mire con preocupación, ella era alguien bastante sensible y sabía que aunque hubiese hablado solo un poco con ese animal, le dolía.

Me acerqué a ella para abrazarla a pesar de mis dudas de si era lo correcto, pero debía sacarla del trance en el que estaba con la muerte de ese alce, las sirenas de la policía empezaban a escucharse pese a la distancia, al igual que la ambulancia pero de nada serviría, aquel animal ya estaba muerto.

- Zanahorias.. - susurre preocupado.

- No fue un homicidio - Fue lo único que dijo, me separé de ella para que se diese cuenta de que le estaba prestando atención y continuara - Si lo hubiesen asesinado no habría tanta sangre en el suelo, además su cabeza está destrozada - dijo con dificultad, yo tragué duro al traer a mi memoria la imagen de aquel animal muerto.

- ¿Crees que se suicido? - pregunté, la idea de que se hubiese suicidado era más probable, eso explicaría el charco de sangre en el suelo y su cabeza destrozada, Judy asintió con su cabeza.

- ¡No, aléjense! - gritó alguien, Judy no hizo nada ante los gritos que no fuese quedarse en silencio, volví a la ventana rápidamente topándome con un venado intentando quitar a todo animal que impedía que se acercara a el cuerpo de aquel alce, los policías la sostenían impidiendo que llegara a él - ¡Ethan! - gritaba una y otra vez, como si tan sólo formular su nombre entre lágrimas lograra que el se parara de allí y caminara hacia ella.

La cabeza de aquel alce estaba destrozada, el charco de sangre empezaba a expandirse cada vez más, si aquel venado llegaba a su cuerpo solo se resbalaría.

- Pobre - dije, no podía ni imaginarme cuanto sería el dolor que ahora aquella alce sentía al ver a su amigo allí muerto. Pensar en vivir eso con Judy solo provocaba que un escalofrío recorriera por completo mi cuerpo.

Mi celular sonó, indicándome que alguien me llamaba, mire a Judy aún preocupado, esta estaba sentada en la orilla de la cama tecleando algo en su celular así que decidí contestar el mío.

- ¿Quien es? - pregunté sin muchas ganas de iniciar una conversación, las luces de los dormitorios de cada alumno empezaba a encenderse además de que la escena del crimen empezaba a ser rodeada por muchísimos estudiantes, no pude distinguir a ninguno.

- Soy Manuel, ¿donde diablos estás? - preguntó, suspire y cerré la ventana rápidamente, a pesar de que todos estaban concentrados en lo que acababa de ocurrir, no podía arriesgarme a que alguien me viera en el cuarto de Judy.

- Cagando, ¿donde más? - Fue lo primero que se me ocurrió, Manuel no dijo nada, ni siquiera se rió lo cual me inquieto solo un poco.

- Perdona que interrumpa tu cagada - se disculpó con un evidente sarcasmo en su tono de voz - pero acaba de ocurrir algo que no vas a creer Lovelace, parece que asesinaron a un animal.

- Suenas bastante emocionado, ¿no será que lo asesinaste tú? - le pregunté intentando sonar serio, sabía que Manuel no sería capaz, pero hacer este tipo de preguntas podría ayudarme acabar esta conversación.

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