Capitulo 7: El todo en el arte.

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Narra Judy.

Apenas la alarma sonó me levanté de inmediato para dirigirme al baño. Mi primera clase era a las 8 de la mañana, debía desayunar rápido y dirigirme a ella lo más pronto posible, no había llegado jamás tarde a una clase y esta no sería la primera vez.

Al terminar de ducharme me vestí rápidamente intentando no ponerle atención aquel uniforme el cual me hacía sentir un poco incómoda.

Preferí dejar la falda a un lado y vestirme con los pantalones, la corbata y la camisa de botones. No quedo tan feo como pensaba que iba a quedar pero tampoco me encantaba tanto. Era ajustado, me recordaba bastante a mi uniforme en la estación.

Tome el ticket para el desayuno, había acordado encontrarme con Abby en la cafetería así que no planeaba llegar tarde, habían varios animales bajando por las escaleras lo cual me llenaba de nervios, no veía a nadie con el uniforme, esto era estupido.

Tome mi celular y me coloque mis auriculares, al menos me distraería con la música, salí de mi cuarto cerrándolo con doble seguro para caminar hacia la escaleras y bajar con rapidez ignorando a quien me veían, claramente me notaban y más con aquel uniforme.

Al terminar de bajar las escaleras camine a la cafetería, Jesús me miró con una sonrisa cuando me vio, yo le sonreí igual intentando no sentirme más ridícula e incómoda, Fru Fru me mataría al verme vestida así probablemente.

Entre a la cafetería y camine hacia la fila, algunos animales se fijaban en el uniforme y pude notar que algunas chicas también tenían el uniforme, esto me dio un gran alivio. No era la única.

De repente sentí como algo frió empapaba por completo mis piernas.

- ¡Bien hecho Mike! - gritó alguien, mire a él castor que me había tirado la bebida encima, ahora si que sentí como mis mejillas se volvían completamente rojas al ver las risas en algunos de los animales pasando con sus bandejas.

- Perdona - se disculpó rápidamente el castor alejándose, lo mire ofendida ya que esa disculpa no sonó para nada sincera, me salí de la fila ya que no pensaba quedarme así vestida, camine fuera de la cafetería muy molesta sin siquiera querer mirar hacia Jesús, mis piernas empezaban a sentirse pegajosas.

Salí rápidamente por la entrada principal a la recepción, no podía quedarme allí dentro, me estaba sintiendo sofocada y apenas era el primer día.

- Esto está todo mal - dije viendo mi pantalón, debía ir a cambiarme.

¿Donde rayos estará Nick?, apuesto que al verme así se reiría bastante y me diría que soy torpe, aunque esta vez no fue mi culpa, sino la culpa de ese castor.

- ¡SIGAN CORRIENDO! - gritó alguien bastante fuerte provocando que mirara directamente hacia esa dirección.

Había un gran número de animales corriendo frente a mi, se veían muy cansados, con sus mejillas rojas, sudados y el sol que empezaba anunciarse en el cielo no parecía querer ayudarlos.

- ¿Nick? - me pregunté a mi misma dudando de quien venía corriendo entre todos esos animales, uno de ellos salió rápidamente de la fila para correr al basurero y vomitar.

Me giré para no tener que ver eso, me provocaba náuseas el solo imaginar a alguien vomitando, esta debía ser una de las pruebas.

- Descansó de 30 segundos - gritó quien iba en la cabeza de la fila. Capte la mirada de Nick inmediatamente al igual que la de otros provocando que me avergonzara y recordara que mis piernas estaban totalmente mojadas, aunque intente mantener mi mirada sobre Nick quien se acercaba trotando viéndose en verdad muy cansado, recordándome los días en que entrenábamos juntos, aunque no parecía casi muriéndose como ahora.

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