Between the bars

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"Ningún ser humano puede ser la felicidad de otro"


Esa frase había salido de los labios de la bella morena tantas veces, que Jace ya no le encontraba sentido ¿A que se refería con eso? Si ella en realidad se aplicaba a lo decia ¿Porque cada vez que su turno terminaba, ella se iba con un hombre diferente? El rubio no la entendía, ella era hermosa e incluso sentía que esa palabra le quedaba corta, es cierto, era una desconocida, ni siquiera sabía su nombre, pero tenía...Algo. El tampoco dudaba de su intelecto que parecía ser superior al de los demás, cada vez que la escuchaba hablar con los hombres con los que se iba en la barra, tenía argumentos concretos acerca del tema del que hablasen, incluso le había escuchado decir palabras que alguien en sus veinte no diría, siempre dejaba a los hombres sin palabras, extrañamente también, los que la acompañaban al final de la noche, no parecían aportar nada en las conversaciones que ella iniciaba, era obvio que todos solo buscaban una cosa de ella, pero la morena tampoco parecía molestarle aquello.

Siempre era lo mismo, ella entraba al bar con una confianza despampanante, observando a todos, buscando a alguien "digno" para pasar con esa persona la noche, pero aún asi el lo notaba, algo en su mirar, un dejé de tristeza algo anhelante y melancólica. Le decía que esa no era ella, o al menos no completamente. Luego iba a la barra y le pedía lo mismo de siempre, dos vasos de Whisky, los tomaba de seguido y sin respirar, sin darle la oportunidad al alcohol de dejar aquel calor que raspaba en la garganta. Después iba bailar, a conquistar.

La veía bailar en medio de la pista, moviendo sus caderas, gentil pero seductoramente, hipnotizando a los hombres a su alrededor, alzando los brazos, moviéndose con el vaivén de la música. Sus rulos rebotando a los costados de su rostro, enmarcando su belleza, su boca cantando letras de canciones que conocía. Su mirada electrizante y penetrante, que lograba engatusar a los hombres a su juego de una noche.

Esa noche, entre todas las anteriores, había notado que aquellos embriagadores ojos marrones, estaban más tristes de lo usual, también, los matices de su ropa eran apagados y estaban lejos de mostrar piel o su figura, le habia pasado algo. El lo sabía. Jace observó, como algunos de los fieles hombres que la esperaban todas las noches no la reconocieron al entrar, era obvio que no miraban otra cosa que no sea su cuerpo, dudaba incluso que alguna vez hayan imaginado acariciando su rostro limpio, sin maquillaje, admirando una sonrisa dulce y mirada gentil, como el habia soñado desde que la vio.

No apartó la vista del piso y cuando se sentó en la barra, el noto el color rojizo de sus ojos. Parecía tan asustada, tan pequeña y desolada, que lo único que quería hacer el rubio es correr hasta ella y abrazarla, prometerle que todo iba a estar bien, aunque posiblemente sabia que no era cierto.

- Tres vasos de Whisky, por favor- pidió ella y el vio su oportunidad. Nadie estaba cerca, ningún hombre estaba merodeando intentando llamar su atención.

- Vaya, uno más que las otras noches ¿A que se debe señorita?- pregunto el con un tono amigable, ella lo miró con la ceja levantada.

- Al parecer conoces bien a tus clientes- respondió ella con una leve sonrisa. Jace sonrió y extendió su mano.

- Jace Norman, encantado de al fin hablar con usted- la de rizos asintió tranquila y agarro su mano, ignorando el pequeño cosquilleo que sintió al responder al gesto del barman.

- Riele Downs, un gusto- el rubio pensó que su nombre le hacía mucha justicia. Pues recordó que en Canadá, Riele tenía el significado de belleza, lo sabía pues había ayudado a su hermana a buscar el nombre adecuado para su sobrina- Así que ¿Me conoces?

Chenry/Jaele - One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora