Capítulo V

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A las siete menos cinco Carrie ya estaba lista para salir de casa y encontrarse con Nick.

– ¡Carrie! –se sorprendió Karen, que salía a trabajar–. ¿Qué haces despierta a estas horas?

– He quedado con Emma para ir un poco antes y pasar a devolver una camiseta que se compró el otro día.

– Ah. Genial –Karen se acercó hasta ella y le dio un beso en la mejilla–. Es indecisa tu amiga, ¿eh?

– Bastante –Carrie se rió y Karen le siguió.

– Luego nos vemos a la hora de comer. Que vaya bien el viernes.

– ¡Igualmente, Karen!

Karen abandonó la casa y Carrie se quedó apoyada en la encimera de la cocina. Contó hasta un minuto y salió por la puerta. Apenas había salido a la acera cuando vio en la de enfrente a su tío apoyado sobre el capó del coche, con su característica chupa de cuero marrón y la funda de una guitarra a la espalda, que ella en verdad sabía que era una katana. Carrie llevaba la suya oculta en la mochila. "Espero que nunca nadie me abra la mochila en clase. Serían demasiadas explicaciones", pensó ella mientras cruzaba por el paso de cebra hasta la acera de enfrente.

– Hey. ¿Estás bien? –preguntó ella.

– ¿Por qué no debería estarlo? –se sorprendió él.

– Ayer detuviste el tiempo.

– Cierto. Tenía que asegurarme de que lo que tenía enfrente era un demonio y no un humano. No quiero convertirme en un asesino.

– Lo supuse. Apenas fueron tres segundos.

Nick sonrió.

– Sube.

Ambos se suben en el coche.

– Necesito hacerte una pregunta –empezó Carrie.

– Adelante. Estamos aquí para eso.

– Ayer, cuando lo del bus... –Carrie miró a su tío esperando que viese por dónde iba, pero él seguía mirando a la carretera–. Detuve el tiempo para luchar contra el demonio. Y cuando me salvaste, lo descongelaste tú.

– Ah –Nick se muestra impasible–. Ya.

– ¿Siempre has podido hacerlo?

– Sí, pero no quería interferir en la exploración de tus poderes. Tampoco quería que los demonios me encontrasen a mí también.

– ¿Y yo también puedo?

– No creo. Tus poderes todavía están por desarrollar –le explicaba Nick–. A ver, ¿cuántos años tienes?

– Dieciséis, mañana.

Nick desvió su mirada de la carretera un instante para mirar a su sobrina.

– ¿Mañana es tu cumple?

Carrie asintió.

– Vaya...

Se detuvieron en un semáforo en rojo.

– Y otra pregunta –continuó Carrie–. ¿Tienes idea de cómo vencer a los demonios?

– Sí, pero no de forma definitiva. Como habrás podido comprobar, utilizo una pistola con balas de plata. Por algún motivo, las balas convencionales no les afectan. Y las katanas también están hechas de dicho material.

– Entiendo.

– Pero si te refieres a cómo erradicarlos, todavía no lo sé. Estoy investigando, buscando el punto de origen; es decir, dónde tienen situado el portal a través del cual llegan a nuestro mundo. Pero no es fácil...

Jikan. El poder del tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora