Capítulo 10

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Por la mañana siguiente, el despertador de Terence despertó a Ethan. Hacía años que Ethan no escuchaba el horrible sonido del despertador. Le parecía que fuera un martillo neumático estaba picando en su oído a primera hora de la mañana.

Escondió la cabeza bajo la almohada y gritó a Terence para que lo apagara. Él se rió y obligó un poco a Ethan a levantarse de la cama. La ropa que había en su armario era toda igual, camisetas azules y pantalones de chándal grises. Era un poco deprimente, y le daban ganas de asaltar el armario de Terence, pero no se veía a sí mismo con una camisa de Gucci.

Bajaron a desayunar y se encontraron con Yurgen, que al parecer, llevaba un rato allí. Ethan pasó toda la mañana pensando en las pruebas, se le cerró el estómago y las manos le temblaban. Ni siquiera sabía dónde iban a hacerle las pruebas, por eso, cuando terminó de desayunar, la secretaria del edificio, Gabriella, fue a buscarle. Le hubiera gustado que al menos Terence o Yurgen hubieran podido ir con él, pero le habían dicho que era algo que tenía que hacer solo.

Le llevó a una planta elevada, aunque no tan alta como la del despacho de Cory. Una vez allí, fueron hasta un laboratorio donde Cory y Vera le estaban esperando. Por alguna razón, le tranquilizar la verla allí.

–Buenos días, Ethan.– Le saludó Cory.

–Hola.– Dijo y se acercó a Vera.– Creí que nadie más que yo podía estar aquí.

–Ya, pero la misión que me asignaron era encontrarte y protegerte. Tu eres mi misión.

–Vaalee... Eso ha sonado un poco siniestro, pero me alegro de no tener que hacer esto solo.– Vera le sonrió.

–¿Estas preparado?

–En realidad, no. Creo que voy a vomitar otra vez.

–No vas a vomitar. Esto no es un examen. Solo queremos saber de qué eres capaz, Ethan.– Ethan suspiró.

Cory le dijo que se tumbara en la camilla que había en el centro de la sala y que se relajara. Le puso unos cables en las sienes, en la frente, los brazos y el pecho y después comenzaron a ver toda su actividad cerebral en las pantallas. Vera parecía bastante interesada en todas las pantallas, Cory tomó todas las notas que pudo, pero Ethan era incapaz de relajarse. Pensar que estaban a su lado juzgándole le ponía de los nervios.

–¿Ves eso?– Le preguntó Vera al cabo de un rato a Cory señalando una pantalla que Ethan no alcanzaba a ver.

–Si... Es fascinante.

–Eh... ¿Q-qué pasa?– Quiso saber Ethan nervioso.

–Calmante.– Le dijo Vera.– Si te alteras las pruebas no saldrá bien.

–Creo que no puedo.– Comenzó a respirar muy fuerte y un dolor de cabeza empezó a hacerse cada vez más fuerte.

–Tranquilo, Ethan. Todo está bien.– Le dijo Cory.

–No, no. Algo no va bien. La cabeza me va a explotar.

–Su pulso y su presión sanguínea aumenta por segundos.– Dijo Vera nerviosa mirando los monitores.– Tienes que calmarte o te dará un ataque.

–¡No... No puedo calmarme!

–Hay que parar esto.– Dijo Vera y ambos intentaron apagarlo todo, pero antes de que les diera tiempo a apagarlo, uno de los monitores explotó apagando todos los demás y echando un poco de humo.

–Creo que ya lo he apagado.– Dijo Ethan mirándolo.– Lo siento muchísimo.

–No pasa nada.– Cory suspiró.– Lo arreglaremos enseguida.

–¿Tu estas bien?– Vera se acercó a él.

–Si, creo que si.– Ethan se incorporó.– ¿De verdad he hecho explotar un ordenador?

–Eso parece.– Cory se acercó a él.– De momento, me gustaría que siguieras con las pruebas. Quizá si trabajas en un lugar más tranquilo estés menos nervioso.

–Un lugar tranquilo... Si, podemos probar.

Vera ayudó a Ethan a quitarse los cables del cuerpo y después bajaron al comedor, donde Cory les había dicho que podrían trabajar tranquilos junto con la chica que le haría las preguntas a Ethan. Al llegar, vieron a una chica rubia sentada en una mesa con un ordenador tomando apuntes, bien vestida y parecía bastante profesional, así que supusieron que tendría que ser ella.

–¿Ethan?– Dijo ella cuando llegaron.

–Si.

–Encantada.– Sonrió.– Soy Arya.

–¿Eres tu quien va a hacerme las preguntas?

–Si. Ah, y Cory ya me ha avisado de que querías estar presente, Vera.

–Genial, pues entonces será mejor empezar.

Las preguntas de Arya le parecieron algo aleatorias a Ethan. Le preguntaba desde cosas de historia hasta que le gustaba hacer en su tiempo libre. No le decía si lo que respondía estaba bien o no, solo apuntaba cosas en su cuaderno. Vera mientras tanto, leía algunas de sus notas y escribía mensajes sin aparentemente prestar atención a lo que pasaba a su alrededor, pero fue la primera en reaccionar cuando sonó un timbre que al parecer indicaba el descanso para comer.

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