3. Revelaciones

4.9K 290 50
                                    

CERCA DEL CASTILLO NEGRO

Un dolor agudo atravesaba su corazón desde lo más profundo de su ser. Las lágrimas se extendían sin control por todo su rostro. Sus ojos vidriosos y su respiración laboriosa le guiaban en un caminar tambaleante hacía ninguna parte. Entonces sólo tenía que desenvainar la espada y acabar de una vez por todas con su sufrimiento. Pensó tantas veces en quitarse la vida, pero era en ese momento cuando venían siempre a su mente sus hermanas. Ellas no merecían ese dolor que padecía.

Pero ahora era diferente. Dany, su Dany, era buena, siempre lo fue, por eso desde el primer momento sintió que no hizo lo correcto. Él sabía que ella tenía un buen corazón pero aún así la mató. Se sentía el ser más miserable de este mundo. Y todo hombre malvado debe morir.

Jon elevó a Garra por última vez en el aire. Pero de nuevo algo le interrumpió. La voz desesperada de su mejor amigo gritándole desde su espalda.

"¡Jon, escúchame! ¡Daenerys está viva!"

Su primera reacción no pudo ser otra que la negación.

-La maté yo Sam, estaba en mis brazos y su corazón ya no latía, Dany está muerta -Jon dejó expulsar esas últimas palabras roto de dolor y agarró con más fuerza su espada -Será mejor que os vayáis, para siempre, nadie tiene que saber nunca lo que pasará aquí y ahora. Solo espero que este calor pronto me consuma.

-Jon... no, no has entendido -dijo con la voz entrecortada Sam, por su preocupación y por correr detrás de su amigo.

-Está claro Sam, no intentes salvarme, si te importa mi dolor déjame irme y hazme el favor de inventarle algo a mis hermanas ¿lo harás por mí?

Sam solo pudo mirarle con estupefacción.

-Quieres escuchar y dejar de comportarte como un idiota -interrumpió fastidiado Tyrion detrás de Sam- Daenerys está viva ahora, creételo porque resucitó.

Jon le miró con total incredulidad.

-De verdad Jon, pensaba era más fácil de comprender para ti. ¿Cuántas puñaladas recibiste tú?

-Esta.. ¿estáis seguros? -consiguió preguntar Jon con la respiración entrecortada. Su mirada iba claramente dirigida a Sam, era en el único en quien podía confiar de ahí.

-Si... bueno, no del todo -dudó Sam, no era bueno explicando cuando se sentía forzado y preocupado- Yo, bueno, todos nosotros -aclaró- primero supimos de Drogon, como tú nos dijiste él se la llevó entre sus patas. Se le vió volando hacía el este y en Volantis fue la última vez que se supo de él hasta hace poco que se le vio por el norte de Essos más allá del mar Dothraki pero no había rastro de Daenerys. Nadie ha encontrado su cuerpo hasta ahora. Luego recibimos rumores, la habían resucitado en el Templo Rojo que precisamente está en Volantis. Mandamos un rollo sellado allí hace varios meses pidiendo explicaciones y aún no nos han contestado. El Rey aseguró que debían hacer llegar la misiva de forma inmediata, sino se atendrían a graves consecuencias.

-El camino es largo Sam, demasiado largo diría yo para que llegue rápido en buen estado algo y ella... -se lamentó Jon dudando pero su corazón ahora latía fuertemente.

-Solo tú sabes a qué velocidad podría volar un dragón-afirmó su amigo- y hay que considerar también la magia que puede transmitir él a su madre.

-Jon, yo estaba en Meereen cuando recibimos a Kinvara, la sacerdotisa roja que regenta el Templo Rojo, esa mujer cree fervientemente en ella -aseguró Tyrion- Y hemos recibido información de varios volantineses que aseguran haberla visto en sus calles. El Rey está intentando localizarla pero sus visiones se tornan más borrosas cuanto más se aleja, ahora estaba continuamente huargeando cuervos pero siempre se pierde por la lejanía y tiene que regresar. Es cuestión de tiempo supongo, quizás ya la ha encontrado mientras nos ausentábamos, y ahora esté planeando como mover al ejército.

El retorno de Daenerys TargaryenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora