5. Aliados Y Traidores (2)

3.7K 253 42
                                    

INVERNALIA

El Gran Salón se despejaba por enésima vez y como era habitual quedaban únicamente en él Sansa Stark y su maestre, Wolcan, que a estas alturas podría definirsele como su sombra, siempre con su peculiar caminar curvado tras ella como su única compañía.

Como era habitual la infinita soledad la abrumó. Sucedía en aquel salón o en cualquier lugar que si situase de la gran fortaleza que consideraba su hogar. Tenía todo cuanto siempre quiso, un reino y una corona. Era la Reina en el Norte y todo iba mejor que bien. La agradable primavera había llegado para quedarse y con ella sus generosos frutos. No había escasez, no había incidencias, y mucho menos amenazas. Pero estaba completamente sola.

"La manada sobrevive y el lobo solitario muere"-asediaba en su mente una y otra vez. Había ganado el máximo poder pero había perdido el calor de una familia.

"Tampoco quieres formar una" -le repetía su maestre una y otra vez.

Ni quería compartir el poder ni se fiaba de ningún hombre que no fuera de su propia familia. Eso era todo. Pero en cada reunión los norteños se empeñaban en sacarlo como único tema de discusión. Y tener que lidiar con esa gente tan machista hosca y engreida sola era siempre desagradable. Sus pocos consejeros no la entendían, nadie la entendía.

-Y pese a todo ahora vas a volver a traicionar al único familiar que tenías cerca -la afirmación de Wolcan le sacó dolorosamente de su ensimismamiento y la llevó de vuelta al día atrás en su última reunión con Tyrion y Sam antes de que estos continuasen al sur-. No le viste desde aquello, ¿verdad?. Ni siquiera has tenido el valor de escribirle una carta al Castillo Negro para preguntarle como está en todo este tiempo.

Entonces las dos cartas desenrolladas temblaron de nuevo bajo sus largas manos. En vez de cartas para ella eran dos espadas de filo puntiagudo, así las sentía, tanto la que venía directa de Desembarco del Rey a nombre de su hermano Bran como la que fue dirigida a Castillo Negro por Davos que le entregó Tyrion en su vuelta. Pero aún más le dolía la que mandó de vuelta a la capital de su puño y letra. Era dolorosa pero también necesaria, se decía.

-Él no querría verme, para que molestarme en contactar con él -afirmó finalmente con una profunda tristeza- pero esto es demasiado grave, esa loca lo matará si él la encuentra.

-También fallaste a la confianza que depositó en ti Lord Tyrion -añadió Wolcan.

-El falló antes a la mía, así que estamos en paz.

-Y Jon, que pasa con él, seguramente no te perdone nunca esta vez.

-Lo aceptaré si es a cambio de su vida -acepto ella con amargura.

El maestre Wolcan la miraba con pena pero aún confuso. No podía comprender que tomara tal decisión tan tajantemente y solo informandoselo previamente a él. No confiaba en nadie, lo cual era comprensible pero esa joven necesitaba consejo y no lo aceptaba ni de él que pasaba casi todo el tiempo a su lado.

-¿Y que hay de la vida de Davos Seaworth? ¿se ha parado un momento a pensar en él? -preguntó con preocupación-. Él participó en la batalla contra Ramsey Bolton, arriesgo su vida para que usted Majestad recuperará su hogar, si no fuera por él quizás...

-Tengo constancia de la ayuda de Ser Davos -le interrumpió Sansa- No la olvidaré nunca, pero la vida de mi hermano está en juego por un lado, y la de mi futuro sobrino o sobrina por otro, y la familia ante todo es lo primero.

PENTOS

Drogon surcaba el cielo de la bahía de Pentos despertando admiración y terror a partes iguales entre sus espectadores. Entonces, repentinamente emitió un sonido gutural, una llamada de atención sobre uno de los buques mercantes próximos a arribar. Pero después volteó sobre si mismo y volvió a desaparecer alejándose hacia el este a las tierras del gran continente.

El retorno de Daenerys TargaryenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora