VOLANTIS
Recostada en medio de un amplio cuarto cerrado con altos ventanales acristalados Daenerys tendía a acariciar con ternura su vientre. Le gustaba envolver toda la amplia curvatura que reflejaba ya su embarazo en un suave movimiento, como si aquel simple gesto ayudara a proteger a su bebé.
Ahora mismo ya debía ser la mujer más buscada de Essos, y del mundo entero, pero cuando el sol llegaba a iluminar tímidamente la habitación desde lo alto de las ventanas solo podía sentirse como un pájaro enjaulado.
-Este es el lugar más seguro -le aseguró Kinvara por enésima vez a Dany tras oírla quejarse de nuevo de su aislamiento.
-Si tan sólo montara en Drogon... -Dany titubeó, su voz tembló espontáneamente- podría ir hacia Meereen, aún está bajo mi dominio y nadie aquí podría lastimarme en el camino.
-No se siente preparada aún -adivinó Kinvara.
Dany bajo la vista apenada. Cada vez que pensaba en montar en Drogon el pánico la invadía. La inseguridad ante su propio actuar la perseguía tanto que ni era capaz de ver al único hijo alado que le quedaba.
-Quizás ya ni tenga oportunidad -se lamentó Dany- hace tiempo que ni siento a Drogon acercarse a la ciudad, se habrá cansado de insistirme.
-Es lo mejor majestad. Ahora que se extienda el rumor de su resurrección no es conveniente que se vea a su dragon en Volantis.
-¿Y que hay de nuestra seguridad Kinvara? -inquirió preocupada, no sólo por ella si no por todos los siervos que convivían en ese templo. Dany ahora mismo no disponía de ningún guerrero o soldado, y los siervos-soldado del templo, la Mano de Fuego, no parecían suficientes, les estaba exponiendo a un terrible peligro.
-Nosotros no tememos a la muerte Majestad -la aseguró Kinvara adivinando sus inquietudes nuevamente-. El señor de Luz nos protegerá. Además el gobierno de Volantis no debería dejar fácilmente que invadan el templo cuando nuestra fe tiene miles de adeptos. Esto es una ciudad libre y sus habitantes tienen voz y voto.
-Pero aún así...
-No queda otra querida, no hay una posibilidad mejor y menos ahora, puede ponerse de parto en cualquier momento y en ningún lugar va a estar mejor que aquí para ello. Después del parto deliberaremos de nuevo.
Dany pensó de nuevo en su bebé por nacer. Su seguridad era primordial, por encima de ella misma. Si tenía que sacrificarse ella por conseguir su seguridad lo haría.
-Kinvara, solo quisiera pedirle un favor.
-Sería un placer serviros majestad.
-Si la situación se complica tras el parto quiero que prioricen la vida del bebé a la mía, ante cualquier situación -matizó-. Será mi deseo, necesito que me lo prometa.
Kinvara la miró a los ojos con gran benevolencia pero con un brillo en sus ojos que reflejaba una profunda tristeza. No hablaba solo del parto, su reina realmente creía que el cuervo de los tres ojos sería clemente con su bebé.
-El señor de luz decidirá majestad, no puedo atentar ante su voluntad -se sinceró- pero el bebé es ya un milagro así que tenga fe en él.
DESEMBARCO DEL REY
A la primera luz del día siguiente a concretar su plan de ataque Ser Davos ya estaba en pie coordinando sus primeros pasos. Para ello, acudió a la zona más aislada del puerto exterior de la ciudad, allá donde eran más común ver a un contrabandista que a un comerciante.
Charlaba activamente con cada uno de los ellos con los que tenía un trato común y cercano. Su preocupación oficial era conocer el estado de la mar más allá del mar Angosto y las rutas más seguras.
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El retorno de Daenerys Targaryen
FanfictionTras el final de Juego de Tronos... La esperanza seguirá existiendo en las cenizas de un corazón roto que una vez ardió tan fuerte por lo que deseaba, por lo que buscaba y por lo que más amaba. Ella quería cambiar el mundo. Lo que no sabía era que...