—¡Primer curso! ¡Los de primer curso por aquí! ¿Todo bien por ahí, Harry? —gritaba Rubeus Hagrid, agitando una enorme lámpara de gas.
Miles de niños de primer año, se aglomeraron frente al hombre. La gran cara peluda de Hagrid rebosaba de alegría, sobre el mar de cabezas.
—Venid, seguidme... ¿Hay más de primer curso? Mirad bien donde pisáis. ¡Los de primer curso, seguidme!
Resbalando y a tientas, siguieron a Hagrid por lo que parecía un estrecho sendero. Estaba tan oscuro que Cassiopeía pensó que debía de haber árboles muy tupidos a ambos lados. Nadie hablaba mucho. Neville, el chico que había perdido su sapo, lloriqueaba de vez en cuando.
—En un segundo, tendréis la primera visión de Hogwarts —exclamó Hagrid, por encima del hombro—, justo al doblar esta curva.
Cassiopeía abrió los ojos impresionada, mientras que a su alrededor se producía un fuerte ¡Oooooohhhhh!; el sendero estrecho se abría súbitamente al borde de un gran lago negro. En la punta de una larga montaña, al otro lado, con sus ventanas brillando bajo el cielo estrellado, había un impresionante castillo con muchas torres y torrecillas.
—¡No más de cuatro por bote! —gritó Hagrid, señalando a una flota de botecitos alineados en el agua, Cassiopeía y Hermione subieron a uno; siendo seguidas por Harry y Weasley, que seguía ostentando una cara de cachorro apaleado que la primera debía estar ignorando constantemente, para no terminar perdonándolo.
Neville Longbottom había terminado en el botecito que pertenecía a Hagrid, ya que nadie lo quería cerca y ni se le paso por la cabeza ir con Malfoy y compañía en un mismo bote.
—¿Todos habéis subido?
—continuó Hagrid, que normalmente tenía un bote para él sólo... Salvó cuando un niño miedoso se lo invadía—. ¡Venga! ¡ADELANTE!Y la pequeña flota de botes se movió al mismo tiempo, deslizándose por el lago, que era tan liso como el cristal. Todos estaban en silencio, contemplando el gran castillo que se elevaba sobre sus cabezas mientras se acercaban cada vez más al risco dónde se erigía.
—¡Bajad las cabezas!
—exclamó Hagrid, mientras los primeros botes alcanzaban el peñasco. Todos agacharon la cabeza y los botecitos los llevaron a través de una cortina de hiedra, que escondía una ancha abertura en la parte delantera de esa enorme superficie rocosa. Fueron por un túnel oscuro que parecía conducirlos justo por debajo del castillo, hasta que llegaron a una especie de muelle subterráneo, dónde treparon por entre las rocas y los guijarros.—¡Eh, tú, él de allí! ¿Es éste tú sapo? —dijo Hagrid, mientras vigilaba los botes y la gente que bajaba de ellos.
—¡Trevor! —gritó Neville, muy contento, extendiendo las manos. Cassiopeía y Hermione se encogieron de hombros, muy disimuladamente; para que nadie notará esto. Luego subieron por un pasadizo en la roca, detrás de la lámpara de Hagrid, saliendo a un césped suave y húmedo, a la sombra del castillo.
Subieron por los escalones de piedra y se reunieron ante la gran puerta de roble.—¿Estáis todos aquí? Tú, ¿todavía tienes tú sapo?
Hagrid levantó un gigantesco puño y llamó tres veces sobre la puerta del castillo. Está se abrió de inmediato. Permitiendo ver a una bruja alta, de cabello negro y túnica verde esmeralda, esperando allí. Tenía un rostro severo y el primer pensamiento de Cassiopeía, fue que esa mujer exigiría un 110% en su asignatura.
—Los de primer curso, profesora McGonagall —dijo el semigigante, enchido de orgullo.
—Muchas gracias, Hagrid. Yo los llevaré desde aquí.
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Cassiopeia Orwell y la piedra filosofal [Saga: LPDMM #01]
FanficCassiopeia Orwell puede ser que, a primera vista aparente ser una chica tranquila y normal, pero eso cambia completamente cuando a sus once años de edad, la verdad oculta del mundo mágico sale a la luz. Ella, la última del linaje sangre pura real, t...