Capítulo Extra: El final del verano.

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El verano en la casa de Matt Burkes había comenzado.
Y todos sus amigos desde Brian Lestrange hasta Nikolaj Dolohv, estaban alojados en su casa. Los acontecimientos del último año, les había hecho pensar. Cassiopeía Orwell, una Slytherin de primer curso, había vencido a Lord Voldemort, junto a otro Gryffindor del mismo año.
Matt estuvo días analizando la situación, buscando explicaciones lógicas y asustándose al no encontrarlas.
Mientras pensaba en esto, observaba el sol brillando con fuerza sobre un cielo azul despejado.
La conversación con su padre, durante una de sus visitas obligatorias en la prisión para magos, aún resonaba en su cabeza, como una molestia constante.

—Tendrás que tomar decisiones, Matt. Y esas decisiones marcarán tú vida para siempre.

Debía elegir, ser partidario de Voldemort o de la Orden del Fénix.
¿Por qué no podía haber una tercera opción? ¿Por qué debía ser su decisión blanca o negra? También podía ser gris. No tenía por qué involucrarse en la guerra, salvo que fuera completamente necesario y además, tenía a la pequeña Cassiopeía bajo su ala.
Aprovecharía esa ventaja a su favor, como el Slytherin honoris que era.
Tomo un pergamino nuevo y su pluma, para escribir como título:

Matt Burkes tiene el placer de presentar a la Orden del Dragón Blanco.

Fundadora: Cassiopeía Orwell Drakonis.

Co-fundador: Matthew Emmanuel Burkes.

Miembros:
Brian Lestrange, Nikolaj Dolohv, Alex Mulcillber, Walter Scamander, Natasha Bagshot, Lucille Bagshot y Karen Yaxley.


Acuerdo: Dicha organización que sólo intervendrá cuando sea necesario y que no está del lado ni de Albus Dumbledore ni de Tom Riddle, alias Lord Voldemort.

Matt dejo caer su pluma a un costado. La mañana era cálida, pero él sabía. Sabía que era sólo el comienzo y eso no le asustaba.
Cassiopeía pasaría a ser una persona importante en el mundo mágico.


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N° 12 de Grimmauld Place, Londres; Reino Unido.


—Está arriba con Kreacher —dijo Walburga Black, hacía Severus Snape; el hombre que volvería a quitarle a la niña pelirroja que ella tanto quería—. Ha estado esperándote toda la tarde.

—Gracias, Walburga —respondió Snape, dirigiéndose hacía dónde la mujer que había indicado.

—No lo hago por ti —espetó la mujer, sin siquiera mirarlo.

Severus caminó hasta la antigua habitación de su amigo Regulus, encontrándose a la niña junto al elfo doméstico, Kreacher. Hablaban amenamente, ese elfo desagradable con la mayoría de la gente, trataba a Cassiopeía cómo sí fuera la mismísima Walburga Black. Algo extraño para el Maestro de Pociones, sí se lo preguntaban.

—¿Cómo era el tío Regulus, Kreacher? —preguntó Cassiopeía, mientras estaba sentada a lo mariposa sobre la cama adoselada.

—Era un gran amo, siempre se preocupaba por Kreacher. No era mala persona. La guerra y la muerte de la amita Cygnus, lo cambió mucho, amita Cassiopeía —admitió el elfo, con cierta nostalgia.

—¿Conociste a mí madre? —preguntó la niña, con ilusión en su voz—. ¿Puedes hablarme un poco de ella, Kreacher?

—La amita Cygnus era muy amable con Kreacher. Siempre defendió a Kreacher del traidor a la sangre. La ama Walburga le quería cómo a su propia hija y cuando los padres de la amita Cygnus murieron y el traidor fue borrado del honorable árbol de los Black, vino a vivir aquí.

Cassiopeia Orwell y la piedra filosofal [Saga: LPDMM #01]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora