Desde El Otro Lado Para El Rey

Si yo no me hubiera interpuesto

Thor

La huida de la que habla Loki...

Tenía un buen motivo... Èl era mi buen motivo. Loki no es... no era un buen luchador. Mientras yo entrenaba con los demás el aprendía trucos magia con mi madre - trucos de magia capaces de matar a alguien pero trucos de magia al fin y al cabo-  ese era mi motivo de no intentarlo. Al menos no con él. Se había empeñado en acompañarme hasta aquí pero eso no significaba que debiera luchar por mi. Me había pedido que me fuera. Y el no parecía tener la intención de largarse sin mi. Así que mis opciones eran reducidas... bastante reducidas.

Sin embargo no pude resistirme a pelear cuando se metieron conmigo. Yo no era una pronsecita y menos una que volviera a llorar a alguna parte. Tal vez si no hubiera peleado Loki nunca se hubiera enterado de que no pertenecía a mi familia... mentira... el siempre será de mi familia. Me refiero a que... Tal vez... Sólo tal vez... estaríamos felices. En algún lugar de Asgard. Como hermanos...

No estoy seguro de si a eso podríamos llamarlo felicidad, Loki y yo nunca quisimos tener un buen vínculo fraterno. Bueno. Si lo quisimos cuando la fraternidad era lo único que nos quedaba. Pero ya habíamos hecho demasiado daño. Ya era difícil fiarnos el uno del otro. Fiarnos de nosotros mismos respecto a los demás.

El caso es que ahora. Con sus cartas y con todo lo demás me doy cuenta de que a Loki siempre le ha importado mucho Frandal. Tal vez de hecho podría haber sido feliz con él si yo no me hubiera interpuesto en su camino. Ahora con las cartas entiendo que fue todo mucho más duro. Más duro de lo que yo siempre había pensado. Y eso que aún vamos por la punta del iceberg. 

Suspiro. Y vuelvo a tomar la carta.