Jotumhaim

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Carta de Loki

Odin solía llevarnos a la cámara de los secretos a contarnos historias, allí siempre nos contaba sobre los tratados de paz con Jotumhaim y tu le contestaba que cuando fueras mayor acabaría con todos y cada uno de los Jontum hasta no dejar ni uno.

Odin no respondía a eso, simplemente asentía como si estuviera de acuerdo, aunque al parecer no lo estaba....

Después de eso solía decirnos que sólo uno sería rey de Asgard pero que los dos habíamos nacido para ser Reyes.
Siempre había pensado que se refería a que los dos teníamos las mismas oportunidades de ascender al trono. Aunque tu fueras el primogénito, aunque yo fuera algo más débil.

Estába equivocado.... y tanto.

Llegó el día de tu coronación. Tu eras el elegido para ser rey. Antes de la coronación nos encontramos. A solas. Al fin. Me lo permití como capricho porque un rey necesita a una reina y después de eso seguramente tu tarea sería buscar a tu compañera leal y fiel. Así que yo... yo podría tomármelo como despedida. De todo lo que podíamos llegar a ser y no fuimos.

-Hermano - susurraste.

-Hermano - respondí. Me quedé a tu lado sin mirarte. Alguien, supongo que un camarero o un sirviente se acercó también. Llevaba una copa de vino... O tal vez debería de decir que llevaba una copa de serpientes, porque fue en lo que se convirtió el vino.

El camarero se asusto,  que era justo la reacción que esperaba y tiró la copa al suelo. Te resiste al ver el contenido. Porque era gracioso y porque la serpiente se había convertido en un símbolo, concretamente en el nuestro. Me alegré de que aún no supieras el final del principito. Tal vez aquel animal que se había convertido en nuestro símbolo no te gustaría tanto de saberlo.

Sin embargo aunque te estabas riendo sabías que no era políticamente correcto.

-Loki... - intentaste reprenderme.  Aunque te estabas riendo.  El camarero me miro mal como ya solían hacer todos los encargados de la corte. Recogió la Copa ya que la serpientes habían desaparecido y se marchó a toda prisa.
Eso me regalo los segundos que más aprecio de ese día. Porque me miraste, y te mire. Nuestros ojos se observaban y yo... yo no necesitaba nada más para tranquilizarme esa mañana. Fui a decir algo. Algo que tal vez tenía más importancia de la que yo mismo le daba pero me calle al escuchar a nuestra madre llegar. Aún lo recordaba, el día en que duplicarse por nosotros y las súplicas fueron en vano.

Frigga nos miró a ambos y sonrió con dulzura, algo natural en ella. Sus ojos reflejaba cariño y sus nacimientos eran lentos, tranquilos.

-Mi niños, es la hora. -susurro. Entonces tu partiste en la dirección de la que ella había venido. Pero yo me quedé quito observando como te alejabas.

Frigga me miró

-Loki... no tienes que callar cuando estés en mi presencia. Puedes hablar con tu hermano.

No voy a mentir. Me sorprendió un tanto que madre notará mi silencio.

-Simplemente me arrepentí de lo que iba a decir - contesté acercandome a ella con cariño.
Frigga me rodeo con sus brazos.

Desde El Otro Lado Para El Rey Donde viven las historias. Descúbrelo ahora