-¿Esto es buena idea? -me preguntó Amy mientras la llevaba hacia el centro de la pista de baile.
-Confía en mí -coincidió que justo ponían una canción lenta.- Señorita Smith, ¿acepta la prueba de bailar conmigo una canción lenta? -Asintió sonriendo tímidamente acercándose a mí. Puso sus brazos sobre mis hombros y yo los míos sobre su cintura.
-¿Sabes qué? Te he echado de menos, Sergio. Fui tonta al salir corriendo al decirme que me querías. Creo que todavía no estaba preparada para escucharlo.
-No pasa nada -apoyó su cabeza en mi hombro y dejé escapar una risa-. Lo siento, esque tengo cosquillas fáciles en el cuello.
-¿A sí? -empezó darme besitos en el cuello, apoyando su mano en mi otro hombro libre, dejándome sin escapatoria- ¿Te gusta?
Yo no paraba de reírme. Me estaba empezando a doler la tripa y no podía ni hablar- Por favor... Para... No puedo... Respirar....
Amy paró y volví a recuperar el aliento.
-¿Sabes que ya ha acabado la canción? -dije fijándome que ya era de noche- La prueba ya ha terminado.
-Me gustaría seguir bailando contigo -susurró en mi oído.
Estábamos bailando muy pegados. Los dos habíamos cerrado los ojos, para nosotros no había nadie más allí. Solo ella y yo.
Sentí que alguien me llamaba tocándome el hombro efusivamente. Me giré sorprendido y me fijé en quién era antes de que me pegara uno de los puñetazos más fuertes que he recibido en mi vida.
Aggie.
¿Esque nunca me libraré de este?
Estaba en el suelo. Caray, si que pega fuerte este chico...
-¡No te vuelvas a acercar a mi hermana! -gritó Aggie
-¡Pero Aggie él no...! -esa era la voz de Amy
-¡Vámonos! -le interrumpió.
Pero tan pronto lo dijo, le vi a mi lado tirado llevándose las manos a la cara del dolor del puñetazo que le acababan de dar.
No sabía quién le había pegado, pero me alegraba.
Giré la cabeza para averiguar quien había sido el agresor y vi a Will mirándome.
-Vamos Sergio. He tenido el valor para pillarle desprevenido pero no creo que me quede más fuerza. -me dijo mientras me ayudaba a levantarme del suelo.
-¡Vosotros no os vais a ninguna parte! -gritaron todos los amigos de Aggie.
Todos los chicos empezaron a pelearse unos con otros. Daba igual si no sabían por qué se peleaban, el asunto era pegarse.
Recuerdo que me estaba pegando a puñetazos con un chico bastante fuerte que me tiró una silla a la cabeza. Ahí fue cuando me quedé inconsciente.
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Hasta que llegaste tú (Pausada)
JugendliteraturSergio vive feliz en su rutina. Hasta que conoce a Ángela, la chica del pelo azul, que consigue desiquilibrar toda su vida. -En efecto -dijo sonriente. Me miró a los ojos durante un rato. Sus ojos eran de un azul claro que hipnotizaba. Cogió un pape...