Hasta que llegaste tú (Pausada)

Capítulo 13

-PARAD. ¡ME LAS VÁIS A PAGAR!

La reacción de Will al ver al motero fue mandar a la mierda el semáforo en rojo y pisar el acelerador.

El motero nos seguía. Estaba un poco lejos, pero podíamos oir su voz insultarnos.

Un pitido procedente del coche nos hizo mirarnos asustados.

-Sergio, dime que el pitido no significa que queda poca batería.

-Si te lo digo, te mentiría.

-¡Mierda, mierda, mierda!

-Will, ¿qué vamos a hacer? Ese hombre parece que quiere matarnos.

-Vale, centrémonos -él conducía con gotas de sudor en la frente, siempre que se ponía muy nervioso sudaba-. ¿Cuánto dinero llevas?

-Emm... Unos 50 euros -dije sacando un billete del bolsillo de mi pantalón.

-Bien. Será sufiente.

-¿Y tú no vas a aportar nada? -le pregunté sorprendido.

-Oye, eres tú a quien quiere pegar el motero.

-Oh. Y el año pasado cuando te ayude a que unos mafiosos no te cortaran un dedo por enrrollarte con la hija de su líder, pagándoles unos 300 euros que nunca me has devuelto. A mí me hubiese dado igual que tengas un dedo menos.

-Está bien, está bien. Toma. -se sacó un fajón de billetes- Guárdate tus 50€, haz el favor.

- ¿Y esto? -pregunté cogiendo los billetes enrollados.

-Puede que el tipo no te persiga a tí. -le miré esperando a que continuara. Suspiró cansado- Creo que me ha reconocido, le debo todo este dinero.

-¿Pero tú en que te metes?

-Lo malo de mí es que actúo y luego pienso. Lo malo de tí es que piensas y luego actuas. No sé que es peor.

Volvió a sonar el pitido.

-¡Mierda! -exclamó Will- Hay que buscar rápido un lugar donde haya muchos testigos -le miré asustado-. Ya sabes, por si acaso.

Íbamos en dirección de una calle muy transcurrida cuando se paró el coche cerca de un callejón oscuro.

-Esto no es bueno -susurró Will