-¿¡QUÉ HAS HECHO QUÉ?!
-Will, baja la voz. Todo el mundo nos está mirando.
-ME DA IGUAL. Mas bien, fíjate en lo que voy a hacer. -se levantó y se puso de pie en la silla de la cafetería de la Universidad- ¡Oigan! ¡Escúchenme todos! ¡Este idiota le dijo a la chica más guapa de toda la Universidad que no iba a quedarse con ella! ¡Le dijo que no!
La gente de la cafetería empezó a abuchearme.
-¿Contento? -le pregunté
-No estoy descontento.
Se bajó de la silla, cogió su café y se fue.
-¿Sergio?
Me giré inconscientemenre al oír mi nombre.
-Amy. -me la quedé mirando un rato. Llevada otro de esos vestidos que la quedaban tan bien...- Por favor, siéntate.
-Me encanta cuando eres así de educado. -susurró.
-Amy, quisiera pedirte disculpas por lo que te dije.
-No pasa nada.
"No Amy si que pasa, no sabes cuanto lamento no haberme quedado contigo en la biblioteca, lo que me cuesta pasar un día sin llamarte, sin hablar contigo. No sabes lo que hes hecharte de menos las 24 horas del día y sentirse un idiota al estar contigo".
-¿Entonces seguimos con los retos? -Idiota, ¿por qué no le dijiste lo anterior? Bueno ya es demasiado tarde para arreglarlo.-
-Claro. Ya lo tengo todo pensado. Sergio... ¿alguna vez te han disparado?
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-Amy, ya no quiero seguir con nuestra apuesta.
Ella me estaba colocando mi chaleco antibalas.
-Oye, no se suponía que la finalidad era enamorar uno al otro.
Me miró, soltó un bufido y siguió acomodando los belcros del chaleco.
-No me respondes porque sabes que tengo razón.
-Quédate ahí y ni se te ocurra moverte.
Se alejó unos veinte pasos. Se puso unos cascos, cogió el arma y me apuntó.
-Espera, espera, espera -me moví de donde me dijo ella-. No sé si eres buena tiradora, como sé que no me quieres matar de un tiro.
-¿Si te quiero matar para que te habría puesto el chaleco? Pero si quieres ver si soy buena con la pistola... pon tu reloj en el suelo.
Hice lo que me dijo. Levantó la pistola y disparó. Fui a ver donde le había dado al reloj: en el medio.
-¿Ahora te fías?
-Ahora sé que si fallas, lo hiciste a propósito.
Me coloqué donde me dijo antes. Cerré los ojos. Respiré (lo que podía ser mi última) bocanada de aire. Y pum.
-¡Ahhhhh! ¡Cómo quemaaaa! -me quité el chaleco y la camiseta corriendo. Miré mi pecho y lo tenía rojo- ¡¡Me arde!! -Señalé la parte que tenía roja.
-Tranquilo, en 20 minutos se te pasará.
-¡Aaaaarggghh! ¡Esto duele un montón!
-Yo sé como hacer para que olvides el dolor...
-Por favor hazlo -me acerqué a ella corriendo-.
-¿Seguro?
-Sí.
-Está bien.
Tiró de mi brazo, obligándome a estar en la misma pisición que ayer en la biblioteca.
Puso su brazos alrededor de mi cuello, y yo puse los míos alrededor de su cintura.
Pero esta vez hice lo que debí haber hecho ayer. La besé.
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Hasta que llegaste tú (Pausada)
Dla nastolatkówSergio vive feliz en su rutina. Hasta que conoce a Ángela, la chica del pelo azul, que consigue desiquilibrar toda su vida. -En efecto -dijo sonriente. Me miró a los ojos durante un rato. Sus ojos eran de un azul claro que hipnotizaba. Cogió un pape...