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Capitulo 22

C A P Í T U L O 22

Las promesas se rompen fácilmente.

Cuatro días después, ya notaba la ausencia de James en el apartamento y por primera vez en mucho tiempo me sentía sola e insegura. No recordaba que se sentía estarlo. Quedamos en hacer videollamadas lo más seguido posible y aunque no es lo mismo haríamos lo posible por seguir juntos.

Cogí mi teléfono para escribirle a ver si había llegado bien, pero ya se me había adelantado y tenía 4 mensajes.

James
—Preciosa, acabo de llegar. Te llamo esta noche
—Te quiero

Le contesté con un simple: Me alegro, yo también te quiero. Y miré el otro mensaje, este era de Hero.

Hero
—Hola, Jo
—¿Podemos hablar?

Nerviosa, me limité a responder con un 'vale' a lo que me contestó al instante.

Hero: ¿podemos vernos y hablar en persona?

Josephine: No creo que sea buena idea.

Hero: Verdad... a lo mejor tú novio se molesta, ¿por teléfono?

Josephine: No es por eso. Además, James se ha vuelto a Perth.

Hero: ¿lo habéis dejado?

Josephine: No, pero ha tenido que volver.

Josephine: ¿De qué quieres hablar?

Hero: No quiero decírtelo por aquí. Veámonos por favor.

Hero: He cambiado...

Josephine: No lo dudo Hero, pero aún así sigo pensando lo de hace tiempo.

Hero: Dame otra oportunidad. Seamos amigos

Josephine: Te di muchas...

Hero: Lo sé. Pero déjame demostrarte que de verdad he cambiado.

Hero: Acéptame un café, solo uno y si después de hablar no quieres escucharme más, no te volveré a molestar y prometo solo hablarte del trabajo, no buscarte ni escribirte más. Si es lo que quieres...

Josephine: Está bien. Un café, solo.

Hero: Genial. ¿Hoy a las 6?

Josephine: Vale

Hero: ¿Quieres que te pasé a buscar?

Josephine: No hace falta, yo voy

Hero: Como quieras. En el café de siempre.

Hero: Hasta después!!

Josephine: Adios!

No se ni porque he aceptado la invitación de Hero, se supone que tenía las cosas muy claras en cuanto a no acercarme. ¿Debería decirle a James lo de la quedada con Hero? No quiero que se moleste, pero las mentiras siempre salen a la luz y no quiero hacerle daño.

Pero a ver es solo una quedada entre compañeros, tampoco tiene porque saberlo todo, ¿o quizás si? No quiero ocultarle cosas pero también tengo que tener mi espacio. Aunque si no me atrevo a contárselo es porque a lo mejor sé que algo estoy haciendo mal.

Por un momento cojo el móvil decidida a llamarle para contarle lo de esta tarde, pero me arrepiento y dejo el teléfono donde estaba.

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A las 5:50 ya estaba preparada para salir e ir a dar al café. Me puse unos vaqueros ajustados y una camisa blanca básica con rayas rojas combinada con unos tennis del mismo color y una chaqueta vaquera. Cogí mi bolso, mi teléfono y a las 6:03 ya estaba en el café.

Entré y a la primera persona que mi fue a él, de espaldas a mi pero era casi imposible no reconocerlo.

—Hola—digo sentándome

—Hola—me contesta nervioso.

—Bueno... Aquí estoy—digo siendo directa. Me gustaría estar lo menos posible con el y cuanto antes me diga lo que quiere decirme, antes podré irme.

—Veo que quieres irte rápido—se ríe—Agradezco que me des la oportunidad de hablar...

—Cuéntame—le digo interrumpiéndolo.

—Está bien, seré directo. Quería pedirte perdón. Y antes de que digas nada... se que te lo he dicho muchas veces y que como me dijiste una vez, no porque pida perdón quiere decir que lo vayas a olvidar, pero, no quiero alejarme de ti, mejor dicho, no puedo... Intenté no escribirte ni llamarte el mes que te habías ido pero me era imposible, las ganas de verte y de no saber donde estabas me estaban matando...

—Hero....—empiezo a decir.

—Para—me interrumpe—se lo que vas a decir y no acepto tu respuesta, porque sé perfectamente que tú tampoco puedes alejarte de mi.

Será idiota. No es que no tenga razón, si pudiera alejarme no estaría aquí sentada con el. Pero esta James y no quiero ni debo hacerle daño. Y da vergüenza lo que estoy haciendo, apenas ayer se fue y hoy estoy quedando con Hero.

Cojo mi bolso rápidamente y salgo del café prácticamente corriendo. Hero me sigue, pero yo no le hago caso. Cuando me doy cuenta, ya está al lado mío, me agarra del brazo, me vuelve hacia el y en apenas segundos ya estoy mirando sus hermosos ojos verdes.

—¿No lo ves?—me pegunta.

—¿Que?—digo nerviosa y bajando la mirada.

—Cada vez que tú piel y la mía se rozan te pones tan nerviosa como yo, cada vez que estamos cerca, nuestras manos tienden a unirse—dice mientras entrelaza su mano con la mía— La química no se actúa, rubia. Y si eso no te convence aún, dime si sientes exactamente lo mismo que yo cuando te beso.

Y fue en ese momento que terminó con el espacio que quedaba entre nosotros y juntó sus labios con los míos, me cogió de la cintura y me empujó para pegarme aún más a él. Por un momento me olvidé de todo y me dejé llevar, pero en segundos la imagen de James llegó a mi cabeza.

Empujo con suavidad a Hero y lo aparto de mi.

—No puedo—digo alejándome de él.

—Si puedes, rubia—me dice cuando ya estoy prácticamente corriendo por la carretera.

No puedo creer que haya hecho eso. Ahora entiendo el miedo de James a que estuviéramos cerca, pero no he podido evitarlo. Cuando estoy cerca de él parece que mi sentido común desapareciera y no pudiera pensar con claridad.

Él, ese beso, sus labios pegados a los míos mientras posaba una de sus manos en mi cintura y la otra en una de mis mejillas. Como nuestros labios se movían pareciendo ser uno solo. Eso fue justo eso, lo que me hizo darme cuenta de lo que no quería ver.

Estoy enamorada de Hero Fiennes.