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Capitulo 30

C A P Í T U L O 30

No te merezco.

Han pasado dos semanas desde que James se fue sin despedirse de mi y desde que Hero y yo hemos decidido intentarlo. Aún se me hace algo extraño, pero nos va bastante bien. Incluso las escenas las hacemos muchísimo mejor, seguramente porque no tenemos que actuar nada, sino ser nosotros mismos pero adjuntando algo de drama.

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Eran cerca de las ocho cuando me levanté con Hero al otro lado de la cama. Es tan bonito cuando duerme que me es imposible despertarlo, así que, me levanto muy despacio y sin hacer ruido, y voy por un café a la cocina.

—Buenos días, rubia—dice Hero unos veinte minutos después cuando llega a la cocina y me ve preparando el desayuno.

—Buenos días—le digo y me acerco para darle un beso.

—¿Que vas a desayunar?—pregunto

—Sorpréndeme—dice

Termino de preparar el desayuno y me siento a su lado.

—¿Has hablado con James?—me pregunta

—No—digo a secas.

Creo que Hero pilló que no quería hablar de eso y se calló al instante, cosa que agradecí bastante.

—¿Que te parece si después de grabar vamos a dar una vuelta, tú y yo?—dice dando un sorbo a su café

—Me parece genial—digo acercándome a él y dándole un beso en la mejilla.

—Pues ya está. Voy a vestirme—dice terminando su café.

Hero pasaba la noche en mi apartamento prácticamente todos los días, era casi como si viviéramos juntos, hasta tenía ropa y un cajón propio en mi casa. Aveces dormíamos en su casa, pero eran más los fines de semana cuando no teníamos que trabajar.

En estas dos semanas de relación formal tan solo hemos peleado unas cuatro veces, lo que es normal, ya que aún nos estamos conociendo. Hero tiene un carácter bastante fuerte, que esconde a la persona tierna y dulce que realmente es y eso me encanta. Es bastante terco cosa que me saca muchísimo de quicio aveces, siempre quiere tener la razón y no le gusta que le digan que no. No me habla mucho de su familia, solo de su hermana que sin duda le tiene muchísimo cariño, la conocí hace unos cinco días por videollamada y se nota el cariño tan grande que se tienen.

Eso me hace recordar a mi hermana y lo mucho que la echo de menos, cuando éramos pequeñas estábamos siempre juntas, a donde iba ella iba yo, incluso muchas veces nos poníamos los mismos vestidos, cosa que mi madre odiaba porque decía que no éramos gemelas. Pero sinceramente yo la consideraba como mi gemela, tan solo es mayor que yo por un año. Aún me acuerdo el día en el que se fue a la universidad, estuve llorando unos dos días porque la echaba mucho de menos. Hasta que lo fui superando y con el tiempo prácticamente dejamos de hablar. Ella nunca tenía tiempo y yo, bueno yo, no quería molestarla.

—RUBIAAA—oigo gritar a Hero

—DIME—respondo

—¿Has visto la hora?—dice cuando llego a la habitación.

—Yo me pongo una camisa y unos vaqueros y estoy—digo riéndome.

—Claro como tú estás guapa siempre, no tienes que tardar tanto como yo—dice en tono burlón.

—Mira cómo lo sabes—digo riéndome

—A...¿Si?—dice acercándose a mi, poniendo una mano en mi cintura y estirando la otra para intentar  coger la almohada.