EL REFLEJO DE TU MIRADA

VETE

Sakura—Ita... chi

Las lágrimas comenzaron a correr por mi rostro, él no se inmutaba, no mostraba expresión alguna parecía otra persona.

Itachi—Vete.
Su rostro me miraba con una expresión molesta, fría, llena de indiferencia, no podía creer lo que veía.

Itachi—¿No me escuchaste? ¡Vete o tendré que matarte!—Dijo alzando la voz.

Sakura—¿Me mentiste aquella vez...?

Itachi—...

Sakura— ¡CONTESTA MALDITA SEA! ¡MUCHOS ESTÁN MURIENDO POR TU MALDITA CULPA!—Le grite mientras las lágrimas caían por mi rostro, el dijo que amaba Konoha ¿Entonces por qué hacía esto? No tenía ningún sentido que esto pasará.

Itachi—Vete Sakura.

Sakura—No lo haré.

Itachi—¿Es qué no entiendes que corres peligro? ¿Te volviste estúpida?

Sakura—Sí, bastante ¿Y tú te volviste traidor o siempre lo fuiste?

Él no contestó, solo empezó a caminar hacia donde estaba incada, estaba sangrando por las múltiples heridas que tenía pero trataba inútilmente de mantener el equilibrio.

Sakura—No te acerques, no me toques.—Dije retrocediendo.

Entonces se inco y agacho la cabeza.

Itachi—Ahora quizás no lo entiendes pero... es lo mejor para todos.

Sakura—¿Morir? ¿Qué acabes con todo? ¿Acaso te crees un Dios para decidir lo que es mejor para todos?

Itachi—Sakura por favor... escúchame.

Sakura—No quiero, vete y si tu deber o lo mejor es acabar con toda la aldea, entonces matame de una vez.—Dije sin mirarlo.

Itachi—¿Te casaras con el Kazekage...?

Sakura—¿Me estas vigilando acaso?

Itachi—Contesta lo que te pregunte.—Dijo tomando mi muñeca.

Sakura—No tengo porque darte explicaciones, cada quien hace con su vida lo que quiere ¿No?.—Dije arrebatando mi mano.

De un momento a otro tomo mi cara y me beso, apenas duro un segundo aquel beso pero juro que jamás espere que Itachi hiciera algo así, después retranco su frente en la mía, yo estaba inmóvil observando como el lloraba... las lágrimas escurrían por sus mejillas como si fuera solo agua, su vista lucía en mal estado, teniendo su rostro tan cerca pude notar lo marcadas que estaban sus ojeras, estaba pálido, como si estuviera enfermo...

Entonces Deidara apareció en un gran ave de arcilla y comenzó a gritar.

Deidara—¡Debemos irnos Itachi! ¡Pain esta muy malherido!

Itachi me vio a los ojos y caí en un genjutsu mientras el escapaba.

Desperte en el hospital, todos estaban bien, todo había salido bien, Naruto logro ahuyentar a los más fuertes y Jiraiya llegó a tiempo para contener a Naruto, todos los heridos estaban bien.

Tsunade—Sakura... —Se acercó y me abrazo.

Me solte a llorar en sus brazos, ella era la única que comprendía que me estaba pasando, sabía lo mucho que yo apreciaba al Clan Uchiha y en especial a Itachi, no me pregunto nada, ella entendía que no estaba lista para hablar de lo que había pasado.

Pasaron varios días, Madara Uchiha seguía en coma y mis padres habían decidido enviarme a Suna durante algún tiempo, llegué a la aldea de la arena, me instale en una casa para mi sola que el Kazekage tenía lista para los invitados, me sentía muy sola, no importaba donde estuviera me sentía sola. Desde que llegue solo había visto a Gaara una vez, nadie me conocía así que no me veían con muy buena cara, en especial las chicas de la aldea que parecían saber algo sobre lo que me había propuesto Gaara. Salí a dar un paseo por los alrededores y entonces me encontré a una mujer de edad avanzada.

Sakura—¿Hola?

¿?—Sakura cariño que bella estas, el te salvo tal cual le pedi, me alegro mucho.

Sakura—¿Quién es usted?

¿?—Eso no importa, ya lo sabras más adelante, cuídate mucho.

Gaara—¿Sakura-san con quién hablas?—Dijo el pelirrojo a mis espaldas.

Sakura—Había una mujer aquí, una anciana de ojos violeta.

Gaara—Nadie en toda Suna tiene rinnegan Sakura-san.—Dijo sorprendido.

Sakura—Quizás lo imagine.—Dije ladeando la cabeza.

Gaara—Ven Sakura-san... —dijo extiendo sus brazos.

Sakura—¿Eh?—No sabía que significaba eso.

Gaara—Jajaja toma mis manos por favor.

Insegura puse mis manos sobre las suyas y entonces una plataforma de arena empezó a elevarse avanzando por toda Suna hasta llegar a un pequeño castillo escondido, la vista era maravillosa, empezamos a descender.

Sakura—¿Qué es este lugar?

Gaara—¿Te gusta?

Sakura—Es muy bonito.

Gaara—Vengo aquí cada vez que necesito estar solo.—Dijo mientras bajábamos dentro del castillo.

Sakura—¿Tu lo hiciste?

Gaara—Sí, se que a veces te sientes incómoda y que no es lo mismo que estar en tu aldea, por eso quiero regalarte este lugar.—Dijo tomando mis manos mientras miraba a la nada por el balcón.

Gaara era un hombre maravilloso, cada vez que estaba con el algo increíble hacía, lograba dejarme sin palabras, además era innegablemente guapo.

Gaara—Sakura-san desde que te conocí hace años quede asombrado con tu belleza y ahora que conozco tu forma de ser yo...—Decía sonrojado.

Parecía ser muy difícil para el explicar lo que quería decirme, tomo mi mano y caminamos hasta la orilla del balcón, sus manos temblaban, lucía indefenso, se estaba mostrando tal cual era frente a mi, su verdadero yo.

Gaara—Sakura-san... yo... por fin se lo que significa querer proteger a alguien... Lo que quiero decir es que ya no me siento cómodo estando lejos de ti... Sakura-San yo... Estoy enamorado de ti.