Chocolate eyes

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"Ojos chocolate"

Desde que lo conocí, me hundí en sus profundos ojos chocolate. Tan inteligentes y cálidos que me endulzaban el alma.
Se llamaba Anthony Stark y tenía 16 años, era alumno de la escuela en la que yo daba clases y para qué negarlo, el más inteligente por mucho, incluso más que yo.
Desde que lo vi, me enamoré de él y me volví su mejor amigo, su confidente y guardián.
Día con día el venía a mí para charlar y contarme sus vivencias, un día llegó con la terrible noticia que se había enamorado y yo lo escuché en silencio, sintiendo que me iba hundiendo en la oscuridad de la soledad.
-Y.....el...-brillaba emocionado- es muy dulce....¡¡y lo amo!! -sentí su cálido peso en mi cuerpo y me abrazó- Te amo Steve

Sentí que palidecía y luego una sonrisa brilló en mi cara mientras lo abrazaba.
Pronto nos estábamos besando y acariciando en el suelo del aula de maestros, lo tuve preciosamente desnudo en mis brazos, sentí su cálido ser abrazarme, y su apretado interior recibirme, pronto ambos gemíamos y jadeábamos de placer y en el frenesí del amor me corrí en su delgado y esbelto cuerpo que se arqueo y nos manchó de su deliciosa y espesa esencia.
Jadeando ambos musitamos él te amo que nos hacía falta a ambos, a él por un padre ausente y cruel y una madre sumisa que rara vez lo defendía, a mi porque había perdido a mis padres muy joven que mi corazón vivió años en soledad y frialdad.

* 6 años más tarde*

-¡Tony! -Reí- ¡atrapa a tu hijo!

-¡Cállate! ¡También es tuyo! ¿Y dónde está Sarah?

-¡Demonios! -salí corriendo a buscar a mi hija de 6 años, si justo después de nuestra primera vez mi amado ojos de chocolate quedó en estado, y 9 meses luego nació nuestra hija, luego 3 años más tarde tuvimos a Peter y ahora el pequeño pillo se escondía.
Escuché sus risitas y lo saqué de abajo de la cama.
-Anda Petey, iremos a conocer a tus hermanos -mi amado Tony estaba esperando gemelos esta vez, ahora era motivo de celebración ya que fue difícil cuando nació Sarah, su familia, los abuelos de la nena echaron a mi amado pues había “deshonrado” el apellido Stark y el huyó y corrió a mis brazos donde yo lo cuidé y mimé, le di aquello que ambos necesitábamos desesperadamente, la calidez de la familia.
Luego de años mi amado genio, dueño de sus propias empresas, estaba por darme gemelos y más amor a la familia, si todo gracias a esos ojos color chocolate que me enamoraron un tibio día de verano.

Stony One Shots #Wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora