verity;

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No levanto la mirada cuando algunas personas me llaman y sé que eso es un error que cometo frecuentemente. Se me olvida quién soy en ocasiones. Algunas veces también lo hago a propósito.

Estoy en la segunda clase del día 488. Quisiera dejar de contar, el conteo me esta volviendo loca y sé que es un mal innecesario. A mi lado, Leah me observa atentamente y sé que va a hacer algún comentario. Me va a decir que las chicas de al frente que ha estado observando durante casi dos horas seguidas en realidad se odian entre ellas. Me gustaría contestarle a Leah que se parece mucho a lo que sentimos la una por la otra.

Una de las cosas que más me ha sorprendido de sostener supuestas amistades es qué es más agotador de lo que parece. Sonreír, evitar y burlarse.

He tenido que soportar a chicas sin nada de alma como Leah, y ese no es realmente el problema, probablemente yo tampoco tengo alma. El problema con Leah es que no tiene cerebro.

La he escuchado hablar con las chicas del equipo sobre como no debería ser la capitana porque no sé bailar en realidad, que ella podría hacer mejor las rutinas que yo.

La puse atrás de todas las chicas por dos temporadas. Realice audiciones para nuevas integrantes con la excusa de socializar para poder excluirla aún más. Supongo que eso debió enseñarle a mantener la boca cerrada.

En el camino a la cafetería, me cuenta que esta saliendo con Parker, el mariscal de campo. Dice que no es oficial pero que es buenísimo en el sexo. Y eso parece compensar cualquier cosa para ella.

—Parker me ha dicho que podríamos ir en una cita doble—dice con emoción.

Como realmente no le estoy prestando atención, caigo en cuenta bastante tarde de que se refiere a ella y a mí, y a otros dos individuos. Estuve a punto de reírme en su cara.

—¿De qué hablas? —pregunto, tratando de sonar interesada.

—Ya sabes que a varios chicos del equipo les gustaría salir contigo—dice mirándome escrutadoramente. Y sé que es el momento de evitar el tema.

—Ya. Voy a estar bastante ocupada—digo, en el mismo momento en que camino a paso más rápido para llegar a la cafetería.

No me detengo a mirar a casi nadie. En la mesa donde siempre estoy se encuentran casi todos los chicos del equipo de futbol, las chicas del equipo de porrismo y unas cuantas parejas.

A lo lejos, veo al chico que ayude ayer. Esta revisando algo en su celular.

Me siento junto a Parker, el nuevo novio de Leah. Pero antes de hacerlo, algo llama mi atención. El teléfono de Parker se enciende en sus manos a la llegada de un mensaje, alcanzo a leer perfectamente porque estoy detrás de él.

Cam: Estoy seguro de que puedo hacerlo mucho mejor.

Me quedo quieta mientras Parker teclea una respuesta:

Estoy completamente convencido de que puedes, pequeño.

Cuando creo que he observado suficiente, me siento a su lado y le dedico una sonrisa. Él me la devuelve. Quiero reírme nuevamente de lo estúpida que puede ser Leah. Es completamente obvio que Parker es homosexual, y que aparte de todo, esta involucrado con un chico.

¿Quién podría ser el tal Cam?

No sé porque me suena tan familiar. Sé que esa persona está cerca y me convendría mucho saber de quién se trata, nunca se sabe, quizá Leah me haga enojar de nuevo.

Dejo al asunto un poco de lado, pero no pienso olvidarlo de ninguna manera.

No he visto a los chicos que solían ser mis amigos hoy. No quiero verlos. Son 488 intentos diferentes de ignorar la sensación amarga que me provoca verlos juntos.

Me pregunto que dirían de mí si pudieran recordarme. Me pregunto qué diría toda esta mesa con mis supuestos amigos.

No tengo ningún amigo. Ninguna de estas personas me agrada en realidad. Solamente Rowan, el capitán del equipo, es la única persona que creo que merece un poco de respeto porque me recuerda a mi misma. No habla demasiado. Salimos una vez juntos porque nos organizaron una cita. No funcionó desde el primer momento, algo no encajaba y yo no deseaba que encajará y estoy segura de que Rowan tampoco lo deseaba.

En ocasiones conversamos por internet y nos enviamos música sin ningún tipo de intención.

Estoy sacando mis pensamientos de esta línea cuando recuerdo algo que se me había pasado completamente.

Cam. El chico que ayude ayer con sus libros.

La revelación me llega como una luz muy clara delante de mí, lo observo desde lejos comer distraído, luego observo a Parker conversar con Leah y entonces comprendo que he encontrado una nueva fuente de diversión. 

La generación del odio. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora