cam;

98 10 1
                                        


Al día siguiente en la escuela no me siento tan mal como creí. Pasé toda la noche pensando sobre Parker y su novia, más que estar celoso me siento estúpido.

No tengo nada que perder que no haya perdido ya, y me despierto pensando eso. Parker no es mío y nunca lo será. Ya lo entendí.

Cuando llegué a mi primera clase vi que tenía varios mensajes suyos.

¿Estás enojado?

Si.

No, respondo.

En este momento mi fuerza emocional no me permite hablar con Parker.

Lo veo a la hora del receso y reconozco a la chica que está colgada de su hombro, es la amiga de Verity. La chica del cabello oscuro, las veo juntas casi siempre y son como la fantasía de muchos chicos de esta escuela.

Ella es Leah. Por supuesto que tenía que ser ella. Observo más atentamente y veo a Verity conversar con Rowan. El chico de ayer, el que me llevo en su auto a casa. El chico que tiene mis apuntes.

Los observo por un segundo y me doy cuenta de que hacen una pareja perfecta, ella con su cabello rojo y su impecable rostro de muñeca. Él, con aquellos ojos oscuros y la bonita sonrisa.

Quizá esta vez si suceda, una de las cosas más curiosas por aquí es que Verity jamás ha salido con ningún chico oficialmente. No acepta salir con atletas, ni con intelectuales, ni con chicas tampoco.

Nadie sabe bien cuál es el asunto detrás de su eterno estado de soledad. Yo supongo que es una mujer fuerte y que prefiere estar sola.

Luego del eterno receso, logro colocar un poco más de atención en la clase de historia, pero sé que olvidare todo en un corto tiempo. Debo estudiar más.

Nuevamente me quedo observando a mis compañeros, veo a Verity y a Leah charlar tranquilamente, detrás de ellas, veo a Rowan leyendo algo y me toma un poco de tiempo darme cuenta de qué es mi cuaderno, esta usando mis apuntes y no sé porque eso me causa una extraña emoción.

Me levanto de mi asiento para pedir autorización para ir al baño, el señor Hagger me mira con expresión desinteresada y me concede permiso.

Cuando estoy en el corredor de los vestidores, de camino al baño, siento a alguien detrás de mi y una brisa helada me recorre la espalda con un solo toque. En el momento que me doy la vuelta me encuentro a Parker parado detrás de mí, luce asustado y culpable y al principio no dice nada.

Me mira un segundo antes de acercarse un paso hacia mí y yo doy un paso hacia atrás.

—Cam...Dijiste que no estabas enojado—dice.

Yo no respondo nada.

—Mentiste—dice como si eso le doliera.

—Tú también—respondo.

Él se rasca la nuca, nervioso. Sé que esta empezando a enojarse.

—Tienes que entender, yo...—no termina la frase.

—Yo siempre entiendo—digo, sin mirarlo y sin emoción.

Cuando trato de salirme, Parker me agarra por los hombros y se me acerca, me da un beso y yo me quedo completamente estático, no me muevo y no siento nada tampoco.

Él me mira y sé que está molesto porque no le correspondí. No sentí que tuviera que hacerlo y tampoco lo deseaba, me salgo de ahí y continúo mi camino hasta el baño sin pensar nada. Es como si estuviera vacío. Me lavo la cara y entro a uno de los cubículos, me siento y comienzo a llorar.

Sé que no merezco esto. Parker no puede jugar tanto conmigo y luego pretender que nada ha sucedido, no está bien y yo no quiero permitirlo, esta vez no.

Si él no puede ser sincero consigo mismo es su problema, a mí ya me ha mentido demasiado y ya no quiero, me siento cansado. Salgo del cubículo nuevamente y regreso a clase, donde parece que no ha sucedido nada, donde el mundo continúa su curso normal y yo soy lo único fuera de lugar aquí.

Evito a Parker el resto del día y él hace lo mismo, conozco de memoria que es orgulloso y va a esperar a que yo le busque y le diga que lo entiendo completamente, que su vida es más importante que la mía y por eso lo pongo de primero sin importarme. Pero esta vez no se siente así, el cansancio me ha taladrado el corazón y no tengo ganas de humillarme más por él,

Llego a casa y me quedo dormido casi todo el día, casi toda la noche. Papá llega de su trabajo y me da un beso de buenas noches. ¿papá se sentiría decepcionado si supiera lo que he permitido? Indudablemente, yo me siento así. 

La generación del odio. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora