verity,

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Hoy es el día cinco del espectáculo de teatro de la escuela, las funciones se repartieron en varios días y el equipo de porristas tiene un apartado para hacer una presentación especial.

Es en el quinto día cuando ha sucedido todo.

Recuerdo vagamente, pero de una manera tan firme que cada vez que cierro los ojos me repito el mismo momento.

El día quinto me he levantado como cualquier otro, sin contar los minutos porque se como se ha repetido la secuencia de los cuatro anteriores, 1 hora para la presentación de la obra, las palabras de los superiores, la rutina del equipo y luego quizá un par de bebidas con los otros chicos.

Cinco días para repetir, cinco días para cambiar. Cinco es un numero tormentoso que no olvidare jamás, cinco días, cinco minutos, cinco años de silencio gritados a voces amplias sobre una verdad que pocos entenderían.

La cuenta regresiva ha comenzado nuevamente.

En el principio del día cinco, estoy observándome al espejo tranquilamente. Me coloco el uniforme y escucho algo correr tranquilamente.

Malcolm se asoma por mi puerta, me observa un momento con los ojos grandes y curiosos.

—¿No es esa falda muy corta? —pregunta, al mismo tiempo que camina y se sienta en el borde de mi cama.

Me hace sonreír. Para ser un niño pequeño nota muchas cosas.

—Un poco—le respondo simplemente—¿Mamá te recogió de la escuela? —le pregunto mientras arreglo mi cabello.

Él se queda pensativo un segundo, y sé que se trata de algo que probablemente no voy a querer escuchar.

—Anda, dime—digo.

—Mamá me recogió, en el auto de un tipo raro y gordo. Dijo que era su amigo y él dijo que se llamaba Mike—dice mirando al suelo.

Tiene puesto el uniforme de su escuela todavía, probablemente no ha comido y a mí se me ha olvidado cocinar, Mamá no va a hacerlo. Apuesto a que se largo con el tal Mike, que asco.

Le pregunto a Malcolm si ha comido y después le preparo algo rápido antes de salir, hoy voy a venir lo más temprano que pueda para no dejarlo solo mucho tiempo, sé que se asusta y también me da miedo que mi madre aparezca con alguno de sus amigos borrachos.

Le doy un abrazo antes de salir, aún me siento extraña con las muestras de efusividad de mi hermano, pero no puedo frenar su desarrollo emocional como si fuera algo que tengo que manejar, no sería justo para él. Incluso aunque es raro, agradezco que Malcolm mantenga caliente esa parte de mi corazón aun cuando he intentado todo para congelarla.

Me voy caminando a la escuela, y cuando he llegado todas las chicas están sentadas esperando para que salgamos a presentar esta parte del espectáculo. Lyla esta aquí también, lo hace bastante bien incluso aunque entro hace muy poco.

Leah esta extrañamente concentrada en su teléfono así que decido no hablar con ella en este momento.

Salimos a hacer nuestra parte del espectáculo y todas le ponemos un poco más de empeño debido a que es la ultima función, es la función del día cinco.

En ocasiones, cuando crees que todo ha terminado, es justo cuando todo está a punto de comenzar.

Antes de que todos los chicos salgan del auditorio, veo la luz que indica claramente que alguien ha encendido el proyector grande, que alguien ha puesto en marcha algún material-

Aquella luz puso en marcha mi vida. No supe hacia que dirección, pero estoy segura de que así fue.

Las personas que se encuentran en el auditorio, alumnos más que nada, se quedan tranquilamente observando lo que sea que están proyectando. Incluso yo me he detenido a observar de que se trata.

Cuando el sonido empieza el corazón me da un vuelco y abro mucho los ojos.

Es una canción, una canción que reconocería en cualquier parte.

En el proyector, empiezan a cruzar imágenes, fotografías.

En una secuencia, las fotografías pasan una a una. Muestran claramente el proceso de una metamorfosis.

Son las fotos de un chico, las imágenes más sorprendentes y más intimas que he visto en toda mi vida. Las conozco muy bien.

Las fotografías avanzan tranquilamente en un cortometraje de cinco minutos. Cinco es el número, estoy segura de ello.

Antes de empezar el cuarto minuto todos han comprendido lo que sucede, algunos están poniendo expresiones de sorpresa, algunos otros están susurrando. Todos están empezando a buscar algo con la mirada. No algo, a alguien. A mí.

Incluso aunque desee firmemente correr, no puedo, algo me ha dejado atada a este lugar y a sus monstruos.

La música se detiene en el punto exacto donde yo la corté. Cierro los ojos y me digo a mi misma que cuando los abra estaré en un lugar completamente diferente.

No es así, cuando abro los ojos me invade el silencio y todas las miradas están puestas en mí.

Todos lo han visto.

Todos saben quién es ese chico del video.

Ese chico, era yo.

Aquella metamorfosis era la mía. 

La generación del odio. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora