Capítulo VI. Amigos y no tan amigos.
La tarde había pasado rápidamente para Mia. Sin embargo, para los demás pasó muy lentamente. Todos estaban preocupados por ella, no podían hacer nada sin pensar en que, mientras ella estaba tumbada en una cama, ellos estaban divirtiéndose, por ello no hacían nada.
Para Dylan y Heliana también pasó rápida, pero no tanto como para Mia, ya que ésta no era consciente del tiempo que pasaba ni de lo que hacía o no hacía.
Mientras Mia y Dylan permanecían sentados en la piedra, los demás los observaban por si volvía a pasarle algo a Mia, sobre todo Ian.
- No puedes estar todo el día así. – dijo Derek llamando su atención.
- De hecho lo estoy haciendo. – dijo Ian sin apartar la mirada de ellos.
- Ya, me refiero a que no es bueno para ti. – dijo dándole en el brazo para que lo mirara, pero no fue así.
- No puedo evitarlo. – dijo parpadeando mientras se giraba y miraba a su amigo –. No sabes lo que es amar a una persona y ver cómo es otro quien está con ella y la ayuda cuando tiene un problema de salud como éste.
- Tienes razón, no lo sé. – dijo Derek apoyando sus brazos en las rodillas –. Pero lo que sí sé, Ian, es que estando así no vas a conseguir nada. Estando así ella no se va a mejorar, ni tu vas a estar bien. ¿Entiendes eso?
- Cuando alguien te dice lo que tú mismo sabes o piensas, ya te entra mejor en la cabeza y lo entiendes. – dijo dándole a entender que ya lo había entendido.
- Así me gusta. – dijo dándole unas palmaditas en el brazo –. ¿Por qué no vamos a verla? – preguntó más por éste que por él mismo.
- Su protector no nos dejará hablar con ella. – dijo en broma, pero se captaba enfado en su voz.
- En cierto modo, tú mismo lo has dicho. – dijo echándose hacia atrás –. Si no nos deja que estemos con ella, es para que no la agobiemos preguntándole cómo está o qué siente, y eso es peor. Y lo peor de todo, es que sabes tan bien como yo que esto es cierto, y que ella rompe a llorar cuando le preguntan por lo que le pasa aunque haya estado antes sonriendo. – dijo recalcando esto último.
- Está bien, acepto y entiendo eso, pero – dijo echándose hacia delante para poner su mano derecha en el hombre izquierdo de Derek - ¿por qué me has preguntado entonces que si vamos a verla?
- Touché. – dijo poniendo su mano derecha en el hombre izquierdo de Ian.
- Aunque podemos hablar con él para preguntarle cómo está Mia. – dijo para sorpresa de Derek
- ¿Será cierto lo que oyen mis oídos? – dijo poniéndose las manos detrás de las orejas y echándolas adelante.
- Como los oyes. – dijo casi gritando cerca de los oídos de Derek para molestarlo, por lo que, en señal a eso, recibió un puñetazo en el brazo.
- Es muy molesto. – dijo apretándose las orejas.
- ¿No me digas? – dijo sarcásticamente mientras abría de par en par sus ojos.
- ¿Quieres otro? – dijo haciendo referencia al puñetazo que había recibido.
- No, gracias, muy amable. – dijo burlándose.
- Ahora en serio – dijo Derek dejando de lado las bromas – me alegra que quieras hablar con él, así que vamos. – dijo levantándose.
Ian se levantó tras él, ante la atenta mirada de todos, que no dejaban de preguntarse por ella. Así que, en cierto modo, les estaban haciendo un favor al ir a preguntarle a Dylan, así podrían calmarse ellos dos y los demás, al contarles lo que les dijera, también lo harían.
ESTÁS LEYENDO
Amores distintos [pausada].
Teen FictionAmelia, o Mia, y Dylan se conocieron en la fiesta de cumpleaños de una amiga, en la que estuvieron hablando entretenidamente y, a pesar de conocerla poco, él la estuvo ayudando y apoyando cuando sufrió un fuerte mareo. Desde ese día, se vieron sólo...