Cuando desperté al siguiente día, la resaca estaba carcomiéndome el cerebro. Pero si soy cien por ciento sincero, sentí que nunca había despertado mejor en toda mi vida, porque estaba sintiendo algo.
Algo...
Mis días, que antes se mezclaba uno con el anterior y el anterior hasta formar una masa deforme de tiempo sin sentido, de pronto vieron el sol por un instante y tornaron más sentido que nunca.
Su sonrisa aún seguía plantada en mi mente y su aroma al tequila de la margarita todavía lo percibía mi nariz. Era como si él hubiera implantado una extraña vida dentro de mí.
Como si una margarita floreciera en mi interior.
Y lo único que tuvo que hacer el imbécil fue ofrecerme follar frente a una cámara. ¿Qué tan retorcida y patética era mi vida como para sentirme vivo por algo así?
Quiero aclarar que no era enamoramiento, solamente una emoción burbujeante que me daba un motivo realmente mío para levantarme de la cama, aunque se tratara de algo incorrecto o arriesgado.
Entonces, mientras tomaba un relajante baño de burbujas, la respuesta de por qué acepté, vino a mi mente de forma automática:
Lo hago porque no es "correcto". Lo hago porque nadie tomó esa decisión por mí, porque yo mismo acepté sin la necesidad ansiosa de ver las consecuencias de ello. Lo hago porque fue una oportunidad para salirme de mi estúpido molde. ¿Y cómo iba a desperdiciarla? Lo hago porque sí, porque ya no me importa nada, porque mi montaña rusa está harta de las mismas vueltas.
De pronto no se sintió tan mal la propuesta de ser el de abajo, a pesar de que mi ano es virgen. Jamás pasé del manoseo con algún chico y con aquella mujer solamente lo hice una vez.
Ya imagino el título que llevará el vídeo porno cuando el Chico Margarita se entere de que nunca he tenido sexo oficial con ningún hombre.
Me sentí nuevamente feliz al verme al espejo. Por primera vez en mucho tiempo, me levanté de la cama sintiendo una inmensa felicidad y mi reflejo ya no me desagradaba aunque mi rostro se veía cansado por las ojeras. Ya no sentía el pecho oprimido, la libertad me bañaba junto con los rayos del sol cuando me coloqué frente al ventanal de mi habitación.
Sin pensarlo dos veces, llamé a mi padre. No estaba contento con lo que le dije.
— ¿Qué tú qué? —Preguntó alarmado.
—Que me iré con Seokjin a Japón mañana, ya está hecho y no puedes detenerme.
— ¡Pero tenías que escribir la reseña de Miss Universo! ¿Quién más lo va a hacer sino tú?
—Hoseok puede hacerlo, tiene tanta experiencia como yo en esa clase de reseñas.
—Hoseok no es tú —me reclamó—. ¿Pero sabes qué? Haz lo que quieras, cumple ese caprichito tuyo para que regreses con ganas de trabajar. Te quiero de vuelta en una semana y vas a ver cómo me repones lo que perderé porque tú no escribiste esa reseña.
— ¿Y por qué no dejas que Hoseok la escriba y le pones mi nombre? Digo, ya lo hiciste antes con cosas que mi hermana ha escrito... ¿Recuerdas esa ingeniosa crítica a Kundera que hizo, donde plantaste tu nombre al final de la página?
—Cállate —genial, di en su punto débil—. Una semana y no más. ¿Me entiendes?
—Captado, papi.
—Eres insufrible, Jimin.
— ¡También te quiero! ¡Adiós!
Bingo.
Es gracioso que mi padre aceptara darme toda la semana a pesar de que yo no necesitaría más que unas horas para ir a lo que sería la cosa más extraña que me había pasado en la vida.
Le avisé al Chico Margarita que lo vería el sábado, siendo que nuestra reunión extraña en el bar fue el jueves. Necesitaba tiempo para procesarlo y para preparar mi cuerpo.
Mientras me hacía mi enema, una vez que mi cuerpo ya no estaba deshidratado por la resaca, sentí un poco de repulsión porque jamás creí que haría este tipo de cosas por alguien. Sus especificaciones fueron simples, pero eran muchas para mi gusto:
- Hacer examen de sangre para descartar enfermedades venéreas
- Depilación opcional
- Realizar enema 24 horas antes
- Hacer examen dental general
- Revisar si hay algún rastro de herpes bucal
- Limar y limpiar pies, sin rastro de pie de atleta
- Revisar si hay alguna infección cutánea diferente a una ETS
Se notaba que el tipo era un obsesivo por la limpieza, lo cual era lógico porque según él, se había follado a muchos.
Le he tenido fobia a las agujas desde que soy niño. Lo curioso es que cuando me hice los exámenes, solo podía sentir adrenalina y ansias por que se llegara el sábado.
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My Daisy Boy: a pornograph story || YOONMIN (+18)
أدب الهواةEl Chico Margarita era una gota de pintura rosa sobre mi lienzo gris, que coloreaba deliciosamente mis sentidos hasta convertirme en su esclavo, corroyéndome; colocando su bandera en mi inhóspito planeta, conquistándome. El Chico Margarita volteó m...