My Daisy Boy: a pornograph story || YOONMIN (+18)

﴾Una huida﴿

— ¡Apúrate, perderemos el avión! —Le grité desde el asiento.

     Se había entretenido en la tienda de golosinas, lo quería matar por eso pero de todas formas le tuve paciencia. Después de todo, le quería más de lo que mi impaciencia podía hacerme perder los estribos.

     Adorablemente, corrió hacia mí y tomó su gran maleta.

—Perdón, si no como estas gomitas durante el viaje, ten por seguro que entraré en pánico.

—Corre, mi padre amenazó con localizarme y jalarme de las orejas para regresarme a escribir sus estúpidas columnas y casarme con la hermana de Hoseok, a ver si "se me quita lo homosexual".

—Pero eres el chico más gay del mundo —sonrió, me besó y tomamos rumbo hasta la puerta de abordaje—. Ni la mujer más buena podría quitarte tus ganas de pene. Me lo demostraste anoche y la cámara es testigo de eso.

—Cállate y corre —me sonrojé y aceleré el paso.

     Sentía cómo la adrenalina me pisaba los talones, mi corazón estaba acelerado por miedo, por emoción, por felicidad, por enamoramiento, por todo...

     Sentí que todo pasó demasiado rápido: Yoongi, él mismo y sin ayuda de su amigo, editó el video en menos de una hora y lo subió a la red, se hizo un correo falso y le envió un fragmento a mi padre.

     Casi inmediatamente, recibí una llamada suya que me negué a tomar hasta que entró la décima. Cuando contesté, me dijo hasta de lo que me iba a morir, pero yo solo me retorcía de risa y le decía adiós a esa vida.

     Me amenazó, me dijo que me buscaría en todos lados hasta encontrarme para darme mi castigo, pero yo siempre fui más rápido y listo que él.

     Yoongi, quien no portaba muchas cosas por estar de viaje, empacó todo y dijo que quería irse en el momento que se lo pedí. Le importó una mierda su casa, su vida, su todo. Él también empezó a recibir odio y mensajes de decepción de todo el mundo.

     Los dos estábamos jodidos, listos para esfumarnos.

     Tomamos sus cosas y corrimos a mi casa a hacer una maleta rápida para mí. Tomé lo más esencial, documentos, ropa, mis tarjetas que no estaban mancomunadas con las de mi padre, y pedimos un taxi al aeropuerto. El pobre chófer casi choca de la frustración, pues le pedimos que acelerara.

     Y entonces despegamos, rumbo hacia otra vida.

     Yo no sabía lo que quería Yoongi en su futuro, tampoco estaba seguro de lo que yo quería.

     No sabía si Yoongi me iba a corresponder el amor que yo repentinamente le tomé, tampoco sabía si de verdad era amor o solo se trataba de una rebeldía mía o un capricho.

     Pero nada me importó. Yo solo quería cambiar el rumbo y lo hice.

     Entonces pensé: qué maravilloso era tener una vida jodida, cuando había alguien que podía acompañarme en la misma miseria y largarnos para empezar de nuevo.