Su accidente trajo consigo varios problemas, ella quiso querer a un chico que sabía que lo único que buscaba era sexo.
Él era diferente con ella pero el mismo con todas, poco a poco su mentalidad fue cambiando pero un mujeriego siempre será un muje...
Ni ella sabía de dónde había sacado el valor para decirle eso a Hyunjin. Fue muy valiente de su parte.
Hyunjin por otro lado está devastado la lastimo tanto y solo pensó en la felicidad de él que la terminó perdiendo a ella, el tiempo entre los dos acabo.
- De que quería hablar Hyunjin - se acercó Minho. No le mentiría, terminó diciéndole todo.
No la valoro el tiempo que estaba con Hyunjin, se cansó de ser su segunda opción, se cansó de la poca atención que le daba, él no cambiaría, un mujeriego no cambia a menos que se enamore de verdad.
- Le dijiste eso - comento Minho quedando boquiabierto ante la confesión de la menor
- Sip, Tu sabes más que nadie como lloré cuando estaba enamorada de él - Dijo tranquila.
El castaño se sintió orgulloso por ella, era la primera vez que había tenido el valor para poder aclarar lo que tenía Hwang con ella, tomo su cintura y al acerco a él para dejar un pequeño beso en su frente, tomo su mentón para luego dejar un corto beso sobre sus labios.
El sonrojo que la chica tenía sobre sus mejillas le hacía ver en cierta parte tierna, se alegraba por saber que él era la persona que ocasionaba sus sonrojos y la sonrisa que constantemente habitada en su rostro.
Rodeo sus brazos alrededor del cuerpo de la menor para atraerla a él y darle su calor corporal, lo cual indicaba; protección y apoyo.
Así se quedaron una rato más antes de que Minho llevará a Gi a su casa y se quedará tranquilo al ver que estaba a salvo dentro de ella.
Después de la conversación entre Hyunjin y Gi todo era incómodo, la confesión de Gi dejo a Hyunjin boquiabierto, ella había madurado, ya no era la misma chica, ella era sumisa ante el amor que Hyunjin aparentaba darle.
Cada vez que los veía juntos, sentía celos, sentía ganas de pegarle a Minho y quitarle esa carita de ángel que tiene. No soportaba verlos juntos. Pero no tiene nada que decirle a la pelinegra, ahora su corazón era de Minho y de nadie más.
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