9. ¿Mío?

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Zayn perdería su virginidad con Liam. Había estado dándole vueltas al asunto durante un tiempo, y muchos besos y agarrones después, su decisión estaba tomada.

El hombre, además de ser candente como ningún otro, no se molestaba en ocultar cuán bueno era en el sexo; él ya había probado un poco de eso en la forma que lo sujetaba firmemente, en cómo besaba su piel sin dejar moretones o sabía exactamente cómo necesitaba que lo tocasen para hacerlo suspirar de placer.

Liam era el indicado, y si esperar aquel momento durante diecisiete años no resultó fácil, sería aún peor con un saco de testosterona que estaba dispuesto a tomarlo a la primera señal.

Por ello, se le hizo sencillo aceptar cuando el castaño lo invitó a su departamento después de clases, fijando en él ese par de ojos pardos que parecían estar en llamas mientras lo penetraban con una sola mirada.

El hombre hacía que sus hormonas adolescentes se alborotaran aún más de lo que ya estaban... Le encantaba.

"Lo imaginaba más grande" aquel comentario se escapó de los labios de Zayn tras acceder al departamento del castaño. De inmediato trató de reparar lo dicho "Uh, digo... No lo tomes a mal, este tamaño es... Lindo."

Las mejillas del ojimiel mostraban un ligero tono carmín que denotaba vergüenza, mas Liam se limitó a voltear a sus espaldas para enviarle una sonrisa burlona, haciéndole saber que su comentario no le había afectado.

"Puedes dejar tus cosas ahí" el mayor le señaló un gancho situado junto a la puerta principal y el moreno se dispuso a colocar su mochila allí. Luego se dirigió al hombre, que se había dejado caer en el sofá del pequeño salón con la mirada enterrada en el adolescente de movimientos nerviosos.

De acuerdo, estaba pasando; finalmente se encontraba con Liam en un lugar donde nadie podría interrumpirlos, junto a un sofá y a medio metro de una alcoba vacía.

Zayn caminó a pasos lentos e inseguros, tomando asiento a la derecha del ojicafé. Una mano grande sujetó la suya delicadamente, haciéndolo fijar la vista en ese rostro serio que pedía a gritos aquello anhelado por ambos.

El chico tragó con fuerza, y sin ninguna petición del mayor, se acercó a los labios rosados, iniciando un beso tímido que rápidamente se convirtió en una danza de bocas hambrientas.

De un momento a otro, los dedos de Liam estaban aferrados a su cintura de una forma casi dolorosa y el perfume varonil se había impregnado en su piel morena.

Los cojines lo recibieron suavemente cuando el veinteañero se inclinó sobre él, aprisionándolo bajo su musculoso cuerpo, con el aliento pesado y las manos escurridizas. De repente se alejó de sus labios y hablando en voz baja, le preguntó:

"¿Quieres ir a mi alcoba?"

¿Y quién era Zayn para negarse tras haber deseado ese momento con cada pequeño trozo de él? ¿Cómo iba a privarse de que Liam lo cargara entre sus fuertes brazos hasta su alcoba? ¿Que lo acostara en la cama blanda que solo olía a aquella colonia y se arrancara la camiseta para que pudiera ver ese abdomen trabajado, esa piel bronceada, hogar de mil lunares, o esos increíbles bíceps?

Zayn se retiró el suéter por su propia cuenta, recibiendo felizmente a Liam cuando se colocó entre sus piernas para besarlo una nueva vez.

El chico estaba disfrutando del momento, de tenerlo tan cerca y sentir sus pechos tocarse, de despeinar su cabello castaño con la punta de sus dedos y envolver las piernas alrededor de su cintura, solo para recordarle que no lo dejaría ir... Entonces Liam se separó de él unos centímetros, y acariciando los bucles azabache que empezaban a adherirse a la frente del moreno, murmuró:

DICKHEADS! (and apparently, a naive kid)  [ZIAM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora