20. Cigarros

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Zayn recordaba los días soleados en el jardín de la pequeña casa donde se crió.

Recordaba el césped verde; la brisa fresca; la risa de Louis ligada a la suya en un cómico sonido a coro; las paletas de fruta que comían sentados en el pórtico mientras el sol les daba en la cara... Pero eso jamás les importó, porque ellos no conocían el dolor; eran incapaces de diferenciar entre la tristeza y el miedo, pues nunca se habían sentido de esa manera.

Vivían en el júbilo de la inocencia, jugando afuera todo el día hasta que caía la noche y su madre los llamaba para cenar juntos... Los cuatro.

En ese entonces, eran felices.

Entre los abrazos de su padre y el infinito amor que siempre les demostró su madre; junto a los momentos bonitos y las risas cantarinas.

Él lo recordaba todo, desde el color de las sábanas con las que su madre los arropaba antes de dormir, hasta el día en el que su padre se marchó, dejándolos a la suerte...

Zayn estaba haciendo un esfuerzo realmente grande por mantener la calma, sintiendo la mirada fija de unos ojos ambarinos demasiado parecidos a los suyos para su salud mental.

Él se encontraba allí, sentado justo a su lado, tal como lo recordaba...

"¿Cómo has estado?" la voz grave le llegó a los oídos, enviando una sensación dolorosa a través de su pecho y garganta.

El chico intentó tragarse el molesto nudo que se había alojado en su faringe, manteniendo la vista en un punto imaginario del salón.

"¿Encontraste tus cigarros?" su tono fue bajo, serio y con un amargo toque de sarcasmo que al parecer le pareció cómico al hombre, pues soltó una sosa risa, asintiendo desvergonzadamente.

"Veo que heredaste el sentido del humor de tu madre..." comentó sin descaro, finalmente obteniendo la mirada de aquellos ojos mieles que lo observaron con desprecio.

"Ni siquiera la menciones" lo detuvo bruscamente.

Yaser se puso serio nuevamente, quedándose en silencio unos segundos.
"¿Y qué tal tu hermano?" preguntó "¿A él sí puedo mencionarlo?"

Zayn apretó la mandíbula, entrecerrando un poco los ojos en su dirección.
"Aún no has respondido mi pregunta" le murmuró, aferrándose tercamente al tema.

El mayor encogió los hombros en un gesto desinteresado.
"Sí, ¿Quieres uno?"

El chico, quien había intentado mantener la calma desde un principio, terminó explotando al oír su boba réplica. Jamás había sentido tanto odio... Jamás había sentido odio, a secas, pero cada pequeño detalle oscuro de su pasado estaba reflejado allí, en el rostro de aquel hombre, a quien, para su mala suerte, era jodidamente idéntico.

"¡No!" le gritó "¡¿Qué haces aquí?!" exigió saber, consiguiendo que se detuviera a mirarlo un momento; en silencio, fijamente.

"Quiero remediarlo" un murmullo que escapó de sus labios y solo le provocó gracia al moreno.

"Claro que sí" le respondió irónicamente, regalándole una sonrisa falsa.

A pesar de ello, Yaser continuó empujando un poco más la estaca.
"Estoy arrepentido de lo que hice... De lo que les hice, a los tres".

"Bien, buena suerte con eso, porque mi madre está muerta y mi hermano y yo te odiamos. Tu autobús llegó diez años tarde" el aborrecimiento era palpable en su voz, que fue firme y ruda, como si hubiera estado practicando aquellas palabras desde hacía mucho tiempo... Creyó que se sentiría bien luego de eso, pero él no era así; la maldad no era parte de su naturaleza. Sus ojos aguados se lo recordaron cruelmente.

"De acuerdo, lo entiendo..." el hombre bajó totalmente la guardia "Me odian por no haber estado con ustedes, porque me consideran un irresponsable y desearían verme muerto..." Zayn optó por ignorarlo, prefiriendo prestarle más atención a sus manos sudadas que a lo que fuera que tenía para decirle "¿Pero crees que yo quise dejarlos?"

El menor vaciló un segundo antes de responder.
"Por eso te fuiste, ¿No?" le dijo, solo para refrescarle la memoria "Porque quisiste. Nadie te echó".


Yaser sonrió amargamente, acomodando la espalda contra los cojines del sofá.
"Entonces jamás les mencionó nada, ¿Huh?"

Aquel aire de sospecha atrajo la mirada curiosa del muchacho.
"¿De qué hablas?" pidió una explicación. En su rostro podía notarse la duda.

Él soltó un suspiro, demostrándole lo mucho que le costaba hablar acerca de ello.
"Jay fue quien me echó" confesó "Se hizo la idea de que estaba viendo a otra mujer y amenazó con enjuiciarme por maltrato si no me alejaba de ustedes... Entonces, tuve que irme".

Zayn sintió un fuerte golpe en el estómago. La confusión lo había nublado de repente.
"Eso no es cierto" susurró desconfiado.

"¿No?" Yaser pareció retarlo con la mirada "Zayn, ¿Qué clase de padre abandonaría a sus hijos voluntariamente?" cuestionó a la nada, mientras veía las lágrimas cada vez más cerca de caer de los ojos enrojecidos del chico.

"Tú" su voz delgada, casi inaudible.

Yaser agitó la cabeza negativamente, quitándole la razón.
"Eran lo único que tenía, yo los amaba con mi vida-" antes de que pudiera terminar, Zayn ya lo había interrumpido.

"Louis dijo que tenías otra familia en Liverpool" lo acusó sin rodeos, pero el hombre no parecía dispuesto a dejarlo ir tan fácilmente.

"¡Oh, claro! Lo escuchó de tu madre, ¿Cierto? De seguro tenía esperado que me quedara solo para siempre..." Zayn torció las cejas en espera de que añadiera algo más "Conocí a una mujer allí, ella me hizo feliz y me permitió cuidar de sus hijos, pero yo jamás dejé de pensar en ustedes" claramente se estaba esforzando por hacer que se tragara todas sus excusas. Sin embargo, él no dejaría que ese papel de víctima lo ablandara.

Zayn creía en el perdón, y bien podía ser ingenuo, pero no un idiota.

"¿Y hasta ahora decidiste venir?" lo interrogó de inmediato.

"Esperaba que tuvieran la edad suficiente para entenderlo" otra más de donde vinieron las demás...

Zayn negó, lo único que sentía por él era odio y pena; mucha pena.
"Ni siquiera sé si debería estar hablando contigo" No tenía ganas de seguir observando todo el teatro que se había armado en dos segundos, tan solo para hacer quedar a su difunda madre como una mentirosa.

Se rehusaba a confiar en su palabra, y mucho menos a permitir que regresara a su vida como si nada, tan solo para largarse de nuevo.

Antes de que pudiera echarlo de la casa, él le tomó la mano, haciendo que se estremeciera de pies a cabeza, y de alguna manera, consiguiendo que sus miradas se encontraran.

"Por favor, hijo, déjame remediarlo..."

DICKHEADS! (and apparently, a naive kid)  [ZIAM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora