13. Apegarse al plan

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El amanecer era brillante y fresco, con pajaritos canturreando sobre los árboles del vecindario que acompañaban la perfecta paz de un sábado en la mañana.

Era el placer de quedarse en la cama unas cuantas horas demás; de acurrucarse plácidamente bajo las sábanas hasta que el estómago gruñera y fuera el momento de preparar algo de desayuno.

Era la tranquilidad de pasearse en casa, aún vistiendo pijamas, para ver los rayos del sol besando las ventanas del salón, en compañía de un buen café recién hecho.

Era la seguridad que sentía tras dormir envuelto en los brazos de Liam, quien parecía haber encajado a la perfección con su delgado cuerpo.

La noche anterior, el castaño se había asegurado de besar y acariciar su piel, hasta que finalmente se quedara dormido.

Zayn no se quejó, tomando todo lo que él estuviera dispuesto a darle; cada caricia, beso, palabra... Realmente empezaba a confiar en ese grandulón, y solo esperaba no estar cometiendo una tontería al abrirle su corazón a alguien por primera vez.

Cuando el resplandor del sol comenzó a molestarle en los ojos, Liam se removió ligeramente, apegándose un poco más al muchacho de manera involuntaria.

Zayn, aún entre sueños, pudo sentir la erección mañanera del ojicafé presionándose contra él, lo que lo hizo despertarse un poco.

Se rehusaba a abrir los ojos, demasiado encantado con la cercanía; con las manos de Liam aferradas a su cintura y la respiración serena cerca de su cuello.

"¡Liam!"

Un gruñido aletargado escapó de la garganta del menor, que se dio la vuelta, acurrucándose en el pecho de su amado.

"¡Liaaam!"

Zayn separó los párpados poco a poco, recibiendo una dulce mirada de los cálidos ojos pardos antes de que ambos escaparan de su película romántica y aterrizaran en la realidad.

"¡Mierda! Me quedé dormido" Payne saltó de la cama como solo un felino lo haría, desesperado por hallar una escapatoria.

El morocho se sentó repentinamente en el colchón. Una idea le llegó de inmediato a la cabeza.

"¡La ventana, la ventana!" le murmuró acelerado, señalándole la misma, por donde llegaría rápidamente a cualquier otra habitación de la casa, incluyendo la de invitados, a la que nunca entró.

"¡Liam! ¿A dónde te metiste?"

Liam hizo un patético bollo con su ropa que había abandonado en el suelo durante la madrugada, llevándosela consigo al escapar por la amplia ventana de cristal.

Y como atraído por alguna fuerza maligna, Louis irrumpió en la alcoba de su gemelo, siendo el mismo grano en el trasero de siempre.

Su voz chillona llegó a los oídos del moreno en cuanto abrió la puerta: "¡Zayn! ¿Has visto a Liam?"

Él, quien ya había entrado en pánico, agarró una almohada y se la lanzó en el rostro al ojiazul, quizás aplicando más fuerza de la necesaria.

Zayn ignoró el sonido de queja de su hermano, apurándose a gritarle:

"¡No me despiertes temprano un sábado en la mañana!"

Louis arrojó la almohada al suelo.
"¡Pero son las doce!"

El ojimiel casi vaciló antes de continuar gritándole.
"¡¿Y a mí qué demonios me importa?! ¡Lárgate de aquí!"

Louis, quien no terminaba de acostumbrarse a que otras personas lo echaran de los lugares, arrugó el entrecejo, mirando de forma despectiva a su gemelo.

DICKHEADS! (and apparently, a naive kid)  [ZIAM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora