DICKHEADS! (and apparently, a naive kid) [ZIAM]

30. Último capítulo

Cuatro meses después.

El llanto de un bebé.

El inicio de una nueva vida en el oscuro y extenso universo.

El nacimiento de otra alma.

Dos almas.

"¡Louis! Lo estás cargando mal" el castaño hizo una mueca hacia su hermano.

"¡Ay, claro que no!" gruñó, alejando al pequeño bebé de su alcance para continuar meciéndolo.

"¡Claro que sí, déjamelo a mí!" Zayn intentó escabullirse hasta él nuevamente, mas su gemelo no se lo permitió.

"¡Oh, discúlpeme usted, encantador de bebés!" se burló con notable ironía en sus palabras, sacándole un ceño fruncido al moreno antes de comenzar a hablarle al recién nacido usando una voz tonta.

"Sí, sí, sí, Zayn es un gran feo..."

El menor soltó un suspiro, notándose agotado ante el peculiar comportamiento de Louis. Cuando pidió la atención de la tía Lanna, quien se encontraba recostada en la camilla, ella le hizo una breve seña mientras sostenía un diminuto bultito entre sus brazos.

Zayn se acercó hacia ella, tomando asiento en el sofá individual que yacía junto a la camilla.

La criatura emitió un suave quejido tras sentir cómo el calor de su madre desaparecía y era colocada en unos brazos delgados que la sujetaron con cuidado.

Al moreno aún le costaba asimilar lo pequeña y adorable que era; con sus grandes ojos verdes, brillantes e inocentes; sus mejillas coloradas, regordetas; sus labios diminutos, de un pronunciado tono carmín; su escasa cabellera de rulos castaños que eran suaves al tacto.

Ambos eran exactamente iguales, tanto que a veces costaba diferenciarlos a simple vista, sin embargo, y siendo fiel a su experiencia, Zayn sabía que eran tan distintos como un par de extraños.

"Hey bonita, bienvenida a la familia" su voz era baja, repleta de ternura, aprecio, esbozando una sonrisa que le llegaba de oreja a oreja. La pequeña a penas parecía comprender lo que ocurría a su alrededor, limitándose a observarlo con esos grandes ojos esmeralda mientras sostenía su dedo índice entre su mano diminuta "Tú y tu hermano son muy suertudos de tener una madre tan buena, aunque de seguro no tardarán en sacarla de quicio..."

Alanna lo interrumpió vagamente.
"Oh, no te adelantes a los hechos, disfrutaré mientras pueda" murmuró notablemente cansada.

Zayn le miró con una chispa de comicidad.
"Hasta que aprendan a caminar" añadió.

Lanna negó.
"Louis se metió dentro de la chimenea cuando a penas gateaba, dales unos días y ya estarán pidiéndome permiso para usar mi auto y peleándose por el control remoto" narró brevemente, sacándole una sonrisa melancólica a su sobrino postizo.

De repente, la castaña se encontró hurgando entre los recuerdos más memorables que había compartido con aquel par de traviesos.

Su corazón se encogió por un segundo.

"Eran unos diablillos sin remedio, pero al menos me salieron bien" añadió en voz baja, regalándole una mirada cariñosa al ojimiel, que se la dio de regreso.

"Y estos dos te saldrán aún mejor" aseguró el adolescente antes de continuar mimando a la bebé.

Poco después, la puerta del cuarto fue abierta, trayendo consigo la figura esbelta de un hombre de cabello oscuro y ojos cafés; un sonriente padre primerizo con las manos repletas de bolsas.