29. Libertad

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"¡No creerás lo que me pasó!"

La voz chillona de Louis llegó hasta sus oídos, tan inesperada como un tornado, mientras se encontraba guardando un par de libros en su casillero.

Zayn le echó un vistazo a su gemelo, pidiéndole que continuara en un gesto silencioso.

"¿Recuerdas a Harry? ¿El chico del campus de deportes que conocí el otro día en la cafetería?"

Ya empezando a sospechar a qué se debía la gran felicidad del chico, el moreno se limitó a asentir, cerrando la puerta del casillero.

"¡Me invitó a salir! ¿¡No es genial?!" chilló Louis, haciendo sonreír abiertamente a su hermano.

"Suena grandioso" comentó, a tan solo un instante de que el castaño recibiera una notificación en su teléfono, la cual revisó velozmente  "¡Oh! No mencioné que mi cita es dentro de veinte minutos. Tendrás que irte a casa solo... Y creo que no regresaré antes de las diez, dile a Nina que no se preocupe" se despidió tan rápido como el estallido de una pirotécnia, huyendo hacia la dirección contraria del pasillo, directo al otro lado del campus.

En ese momento, mientras veía a su hermano alejarse a la distancia, tan lejos de él como nunca antes, Zayn sintió un gran peso caer de sus hombros.

Por primera vez en la historia, Louis parecía más interesado en su propia vida que en la de su gemelo, y él ni siquiera sabía cómo reaccionar ante tanta libertad.

Joder, ¿Así de bien se sentía tener espacio personal?

Una vibración en su bolsillo atrajo su completa atención. Tras revisar la pantalla del celular, una sonrisa se extendió en sus labios rojos.

"¿Vienes?"

Rehusándose a desperdiciar ni medio segundo más de aquella oportunidad, el moreno se dirigió hacia la puerta principal del edificio a toda velocidad, saltándose los interminables escalones de la entrada y solo deteniéndose cuando sus ojos localizaron la brillante camioneta negra que lo esperaba en el estacionamiento.

En cuanto subió al vehículo, tiró de la camiseta de su novio, besándolo de una forma fogosa, apasionada.

Liam tomó las mejillas del chico entre sus manos, recibiendo el gesto con un ligero suspiro.

La danza pudo haber durado toda una vida; solo dos almas jóvenes amándose enloquecidamente, sin temores, ingenuos, confiados... Mas, tras perder el aliento, terminaron alejándose.

Zayn le sonrió ampliamente.
"Eres increíble" murmuró, sacándole una sonrisa igual de gigante al veinteañero, que le regaló una caricia en el cachete con su pulgar.

"Aún no lo has visto todo" le replicó en voz baja, aferrándose a un tono oscuro, travieso.

El moreno rozó sus narices suavemente, enredando los dedos en las hebras de cabello marrón. Un destello que ya conocía a la perfección apareció en sus ojos color ambar.
"¿Y qué esperas para enseñármelo?"

El castaño sintió una suave corriente recorrerle toda la columna vertebral. Negado a desperdiciar ni un solo momento, se apartó del menor, acomodándose en el asiento antes de presionar el acelerador casi hasta al fondo.

Aquella tarde, entre las blancas paredes de esa habitación de hotel, con el simple sonido de sus respiraciones mezclándose y sus bocas danzando en completa armonía bajo la oscuridad, Liam se aseguró de acariciar cada parte de su cuerpo, de besar cada una de sus pecas y admirar cada uno de los pequeños e insignificantes detalles de su piel trigueña.

DICKHEADS! (and apparently, a naive kid)  [ZIAM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora