8 En casa de Nile (parte 1)

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Hoy viernes, el día antes de la boda de tu hermana, irías con Erwin a una reunión "amistosa" con los otros dos comandantes que conformaban a las tres fuerzas. Estaría el Comandante Pixis; de la guarnición, Nile Dawk; de la policía militar y Daris Zacklay, quien se encargaba de mantener el orden en las tres fuerzas. Sus esposas los acompañarían, por lo que Erwin te pidió que también fueras.

Consentiste mucho a los miembros de la Legión en esas dos semanas anteriores. Inclusive les hiciste pan de arándanos para cenar hace tres días. Todo mundo quedó encantado con él. Los reclutas de la 104 eran muy afines a ti así que cuando terminaban su entrenamiento les contabas historias de tu niñez, si no tocabas canciones para ellos o les ayudabas a preparar la cena. Inclusive, Sasha y otros novatos te pidieron que les enseñaras a tocar el violín, a lo que accediste; pero por órdenes de tu marido les dijiste que cobrarías las clases. No eran caras en comparación con lo que otros pedían por hora, así que quedaron en que todos los lunes y miércoles después del entrenamiento las clases se darían. Antier fue la segunda clase, estabas feliz, aprendían rápido.

En la semana hubo otra pelea entre Eren y Jean. Esta vez Eren terminó sin dos dientes y Jean con un ojo morado y un brazo inmóvil. Tú los estuviste atendiendo y les regañaste, pero tu regaño no fue nada comparado con el que Erwin les dio, sí que era duro.

Desde que los reclutas te conocieron, descubrieron que te molesta que no estén peinados, por lo que después de que les tomaste del cabello y los peinaste a todos a la fuerza el tercer día, todo mundo está arreglado. Cosa que Erwin amó. Inclusive mandó a Mike y a Levi contigo, pero esos siguen sin querer peinarse, por lo que siempre los ocupas de ejemplo de "hombres indecentes" para que los niños no siguieran su ejemplo.

Los muchachos te querían mucho porque siempre les escuchabas y aconsejabas. Eras muy maternal con ellos. Eso se debía a que lo trabajaste con la enorme bola de sobrinos que tenías. También te querían porque los consentías haciéndoles los antojitos que tanto les gustaban. Erwin se molestó porque según él estabas "malcriando" a sus soldados.

En todo eso venías pensando en el carruaje, hasta que Erwin te sacó de tus pensamientos.

- ¿Mmmhh?

- No me ponías atención ¿eh?

- Perdón – dijiste encogiéndote

- Te decía que las esposas de Pixis y de Zacklay son bastante tradicionalistas, por lo que no les gustará el vestido que traes. Dirán que es muy atrevido

- ¿Pero a ti te gusta? – le preguntaste

- Es lindo

- Entonces con eso basta

- Es muy práctico

- ¿Verdad que si? Es bonito y cómodo a la vez

- No lo decía por eso querida – Tú lo viste muy interrogante. Cuando sentiste que la mano de Erwin te estaba tocando tu pierna derecha, gracias a dios por encima de la ropa, pero podías sentir el calor de su mano porque tu vestido no tenía muchas capas – Es ligero - No te quedaste atrás y le besaste ligeramente. – Me encanta que tomes la iniciativa para besar.

- A-a-a-a-a ......... etto....

- Ven acá que estamos solos – decía extendiendo su brazo para abrazarte. A lo que accediste refugiándote en su brazo. Así se quedaron hasta llegar a una casa. – Esta vez le toca a Nile recibirnos en su casa

- Ya veo, es muy linda.

- Tras casarnos, te compraré una.

- Pero ¿y los niños? – te referías a los de la 104

Maldito matrimonio, me hiciste muy feliz. (ERWIN X READER) FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora