Epílogo

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Te encontrabas en casa preparando algo de comer. Erwin había mandado a Armir a cuidarte durante el último mes de embarazo puesto que él no estaría cerca durante unos días, pero te prometió regresar pronto. La panza ya estaba abajo, lo cual indicaba que pronto sería el momento, tus padres llegarían entre hoy y mañana, prometieron venir a cuidarte en la cuarentena, lo cual te dejaba muy tranquila. Ya te estabas imaginando a tu madre diciéndole a tu padre que dejara de levantar tanto al futuro niño mientras se lo quitaba, así había sido con todos los nietos lo cual desde que tenías memoria te causaba risa. 

Armin se fue por más leña puesto que se había acabado, sino iba ahora lo más probable es que no terminara de hervir lo que preparabas, de repente comenzaste a sentir contracciones y dolor en tu intimidad. "Ya es hora ¿no es así bebé?" fue tu pensamiento mientras te agarrabas la panza. Echaste agua al fuego y comenzaste a buscar la maleta donde ya estaba ropa limpia y cositas del bebé, como aún no venía Armin, lo mejor que podías hacer era sentarte en una silla, así no quedarías de pie y tampoco te costaría trabajo levantarte después. Pasaron cinco minutos, claro que los contaste y el muchacho aún no venía y las contracciones comenzaron otra vez. 

Mejor comenzabas a salir.

Cuando ya habías bajado los escalones de casa y caminado cierto tramo lo viste, él muchacho dejó la madera y corrió hacia ti

- Ya es hora - No perderías el tiempo

- Muy bien, ¿puede caminar aún? - Te preguntó el muchacho con preocupación en sus ojos mientras te tomaba de las manos, un lindo gesto de cariño.

- Sí - le respondiste, sus ojos se encontraron.

- Muy bien voy por ayuda - salió a toda velocidad

-Ve - El dolor comenzó a aumentar, ya no era como el de los cólicos, estabas en la fase en la fase temprana del parto

Unos minutos después Armin llegó junto a un chofer de carruaje. Ambos te ayudaron a subir y condujeron rápidamente, tardaron 30 minutos en llegar al hospital donde trabajabas, los treinta minutos más largos y dolorosos de tu vida, dolores causados por las contracciones. Gracias a Dios que las endorfinas hacen su trabajo.

Te pasaron a un cuarto en donde dejaron tus cosas, tú seguías con las contracciones pero esta vez te quedaste sola puesto que Armin fue a dar la noticia a la Legión. Cuando te diste cuenta ya había pasado una hora y aún así continuabas en labor, cuando fueron a revisarte, te dieron el visto bueno, ya habías dilatado los 10 cm. Ahora pasarías a la sala de parto, seguramente tendrías que lidiar con esto sola, pero ya habías lidiado con muchas cosas, podías con esto y más, te convertirías en la mejor versión de ti para poder criar al niño de la mejor manera. 

Recordaste el momento en que la esposa de tu hermano el mayor trajo a su hijo al mundo, lo único que podías recordar es cómo todos estaban en ascuas escuchando cómo traían al mundo al pequeño, todos se emocionaron y brincaron hasta más no poder, un nuevo Wadlow en la familia. Tu hermano salió llorando con el bebé en brazos para que lo conocieran, ahora era tu turno.

Te ayudaron a acostarte en una cama.

- Respira - te dijo una de tus amigas del hospital - Estás bastante dilatada, en cuanto llegue la siguiente contracción puedes comenzar a pujar - Eso lo hubiera dicho antes, las contracciones te estaban matando ahora sí, ya ni la amolaban ni los golpes y fracturas te habían dolido tanto.

Comenzaste a pujar, inhalabas y exhalabas, ya hasta estabas roja del esfuerzo. Continuaste así por un tiempo y el bebé al parecer quería quedarse ahí otro rato, quién lo entiende, primero quiere salir luego se queda dentro, queriendo hacer todo al mismo tiempo. Todavía no nace y ya se parece a Erwin. Reíste en tu mente.

Maldito matrimonio, me hiciste muy feliz. (ERWIN X READER) FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora