20 El regreso y la casa

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- ¡¡¿¿Qué pasó aquí??!! – entró con un grito Erwin a la habitación de Hanji donde la encontraron acompañada de Levi y Mike de manera no muy santa.

- Ah hola Erwin – dijo Hanji – El papeleo y todo está listo así que sólo nos divertíamos un rato

- ¿Y los muchachos? – preguntó por los de la 104

- Creo que en el cine – contestó Mike

- ¿Podrías al menos dejarnos acabar? – preguntó molesto Levi – Nos dolerá el pene si no terminamos

- No. Cuando terminen de reparar el desastre de afuera y el comedor continúan con lo que estaban haciendo, no antes.

- Tsk – Levi se paró y con esa erección se fue, Mike y Hanji se vistieron e hicieron lo que Erwin les dijo.

- ¿A dónde vas? – le preguntaste a tu marido

- A la oficina, a checar que todo esté en orden. – Tu marido ingresó a su oficina y se sentó en el escritorio a revisar todo, mientras tú te sentaste en el sillón a esperar – Efectivamente todo está bien. – suspiró – Jamás creí que esos tres tendrían ése tipo de relación

- Pues yo creo que nadie – le completaste

- Ya está cejas – dijo Levi desde la puerta

- ¿Al menos podrías ser tan amable de no hacer presencia con eso? – le dijiste señalando la erección que seguía vigente

- ¿Te molesta o qué?

- Me incomoda – le dijiste y Levi se burló

- Tiene razón Levi deshazte de ése bulto, no es agradable a la vista

- Pero si fuera el de Erwin no dirías nada – te dijo a ti – Y si te la mete es

- Levi  ya puedes retirarte

- Erwin no se pasearía con algo así por el cuartel, además lo que pasa en nuestra habitación es cosa nuestra – le dijiste aventándole un libro a la entrepierna. Cosa que hizo que se doblara, te regresara el libro con una fuerza bien aplicada y se fuera.

- Que grosero – completaste - Tú no harías algo así - dijiste sentándote en sus piernas de frente, debajo sentiste un bulto y te sorprendiste

- Disculpa querida, pero el pensar que tú y yo podríamos – lo callaste con un beso

- Te ayudo con eso, no quisiera tener que retractarme de mis palabras - tu boca le ayudó a calmarse. Tocaron la puerta y Erwin te metió debajo del escritorio

- ¿Qué ... necesitas Hanji? – dijo Erwin controlando la respiración

- Nada, ya terminamos Mike y yo con lo nuestro. Para que no estés molesto. Buenas noches me retiro

- Si – se fue Hanji. Minutos después los bufidos de Erwin terminaron en forma líquida en tu boca.

- Pues a dormir – dijiste saliendo del escritorio y encaminándote al cuarto. Te lavaste la boca, te cambiaste y dormiste.

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Tras una semana de casados por la Iglesia, el sábado siguiente contrajeron matrimonio por el civil. Todos los trámites correspondientes quedaron listos y no había nada por deber. Regresaron a la Legión y dejaron los papeles para tomar las mochilas que ya tenían listas el día anterior. Se encaminaron a su casa en sus caballos y comenzaron con lo que sería el arreglo de su casa.

Maldito matrimonio, me hiciste muy feliz. (ERWIN X READER) FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora