2 Antes de la fiesta

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¡UNA FIESTA! Lo que faltaba, tenías que comprar un vestido. Hace una semana, tras llegar, todo mundo aclamó a la Legión al haber recuperado el territorio perdido, posteriormente el capitán Marco presentó a su Legión, y hace dos días tus dos hermanas y el heredero del trono el príncipe Edward Grimales habían arribado por helicóptero. Al parecer en esta fiesta se decidiría quién sería tu esposo. Un día después de que el príncipe arribara se discutió el asunto de llevar la fiesta en paz, por lo que se imprimieron periódicos a diestra y siniestra revelando todo tipo de información.

Una fiesta...al parecer aquí aún les consterna que una mujer enseñe piernas, por lo que tú junto a tus hermanas tenían que buscar un vestido "apropiado" para la ocasión, y ahí estában caminando por el centro de la muralla ¿Sina?, no recordabas bien el nombre de todas las murallas y distritos, pero era la que estaba más al centro.

Tu alma apenas podía caminar, aún estabas cansada por el viaje a las murallas. Realmente estabas cansada, pero buscabas un vestido. Tú y tus hermanas se separaron y acordaron encontrarse en la fuente que antes habían pasado. Te encontraste con una chiquilla de la policía militar que se hacía llamar Hitch, tus ojos (color de ojos) se posaron sus ojos verdes y ella inmediatamente te indicó un lugar al que podías pasar.

La escuincla tenía buen gusto. Compraste un vestido que era entallado pero "apropiado" y elegante, combinaba muy bien con tu color de cabello y ojos. Se ajustaba excelente a tu cuerpo, dejaba al descubierto un poco de tu espalda y tus prominentes pechos se veían un poco.

Llegaste a la fuente y te sentaste. Realmente terminaste muy rápido así que te pusiste a esperar a tus hermanas, sabías que tardarían, por lo que te pusiste a recordar el día en que se decidió lo de ése matrimonio

-----------------Flashback----------------------

- (Tu nombre)!! (TU NOMBRE)!! DESPIÉRTATE YAAA!!! – gritaba tu madre mientras golpeaba fuertemente tu puerta

- Ya estoy despierta...YA ME LEVANTO

- Eso dijiste hace media hora!!! – decía tu madre mientras de una patada abría la puerta – Mírate!!! En veinte minutos llega el príncipe Edward y tu sigues así!! Vete a bañar, yo elegiré tu ropa. Jamás habías hecho esto. ¡¡¡¿¿¿Por qué ahora???!!!

- Pero mamá es que ayer estuvo lo de

- Nada de peros!!! Báñate

- ............. - Te metiste a bañar y saliste cinco minutos después

- Apúrate (tu nombre), ven te ayudaré a vestir.

Así fue como en cinco minutos tu madre y tú terminaron de vestirte, era un vestido largo que se ajustaba a tu cuerpo de la parte de arriba y de tu cintura para abajo caía suelto, era de color violeta. Tu cabello estaba recogido en una coleta alta y tenías un mechón que caía por el lado derecho de tu cara. Se veía bien.

Bajaron y se sentaron a desayunar, ahí estaba tu padre y tus hermanas mayores solteras, tus otras cinco hermanas ya estaban casadas y tus dos hermanos de igual manera y vivían por aparte, en resumen tú a tus 23 años eras la pequeña de la familia. Todos y todas estaban casados con familias de gran renombre y hasta nivel internacional, tus padres les dijeron que tú y tus hermanas no serían la excepción.

El príncipe Edward no tardó en llegar y sentarse con ustedes. El ambiente era el mismo, pero había algo diferente. Tu padre daba los detalles del último caso que el rey había pedido investigaran y eliminaran al responsable.

Era cierto, la familia Wadlow existía para anular el crimen existente desde las sombras, mientras en la superficie era visto como la familia con una enorme compañía de afamados restaurantes.

- Aún no les ha dicho?? – preguntaba Edward

- Aun no, pero ya lo hago –  tu padre se puso serio y tomó la palabra – Muchachas, dentro de poco serán enviadas a la Isla Paradise 

- Espera - le interrumpiste - ¿Las tres?

- Sí - contestó 

- Deja que tu padre termine de hablar - tu madre lo hizo a manera de reprimenda. Tu padre continuó

- El Rey Carlo, ha decidido que lo mejor para la nación sería hacer la paz con los eldianos de las murallas, por lo que hace tiempo nos pidió que  las enviemos para allá y ofrezcamos su mano a tres hombres. Estamos de acuerdo ya queremos lo mejor para ustedes

- ¡Que emoción! – saltaba Rossette - al fin me casaré.

- Me siento honrada de que pueda ser de ayuda príncipe, padre – ahora era Viviana.

- Que bueno que estén dispuestas chicas – se alegraba su padre

- (tu nombre) ¿tiene algo que decir? – preguntaba tu padre

- Este no había sido el trato... Yo pensé que me darían más tiempo para

- Hija ya te habíamos estado preparando para esto toda tu vida así que asúmelo y compórtate – te pedía tu madre

- Esto no es justo, mi carrera estaba en pleno auge – reprochabas mientras salías del comedor azotando la puerta ... tenías ese sueño y para ellos sólo eras un objeto que se podía ocupar para sacar beneficio, hasta para la corona solo eso eras. Creo que lo que se podía rescatar es que te casarías con quien tú quisieras. Pero tus padres tendrían que aprobarlo, además, no había muchas personas dispuestas a "aceptar" la tradición familiar de los Wadlow. Ése sería un problema. 

Saliste al jardín y cuando  regresaste, en la entrada tus padres te esperaban, pero sólo fuiste a tu habitación. Unos minutos después tus padres entraron, y lo que jamás creíste que harían, lo hicieron. Te abrazaron y te dijeron que escogieras un buen marido, que ellos confiaban en ti para eso. Que eras uno de los orgullos de la casa.

Nunca pensaste en casarte puesto que tenías ese sueño que ahora estaba a medias y tus cuatro hermanas mayores  ya casadas, aprendieron a tratar y a aparentar ser felices, estaban rodeadas de hijos, realmente nunca quisiste acabar así, pero ellas se contentaban porque tenían el dinero de sus maridos y gastaban en lo que ellas quisieran. Victoria, Carlotta, Colette, Beatrice y Petra, esos eran los nombres de tus hermanas mayores y Alexis y Derrick el de tus hermanos. Derrick era el que habría de heredar las responsabilidades de tu padre a su muerte.

-------------Fin del Flashback ----------------

Tus hermanas Rossette y Viviana te sacaron de ese recuerdo ahí venían, sus voces se escuchaban cada vez más cerca, las miraste y observaste que traían ya el vestido puesto y ahí lo pensaste otra vez, así que regresaste a la tienda dónde compraste el vestido y pediste que si podías ocupar el probador para ponerte tu vestido, cosa que no te negaron. Tras esto se fueron a arreglar el cabello y uñas. Realmente te veías muy bien, y eras joven. A tus 23 años, podías hacer lo que gustaras puesto que todo estaba de tu lado. Tus hermanas eran mayores, Rossette tenía 26 años y Viviana 28.

Se reunieron con Edward, seguro las estaría presentando a mucha gente importante y quisiera que te comportases como toda una dama, tus hermanas eran el tipo de chica que todo mundo quiere, recatadas, sonrientes, obedientes y maternales, realmente te fastidiaba el que Edward quisiera que fueras así con los demás hombres, pero esa no eras tú, habías nacido para otras cosas. Tu país las estaba ofreciendo, serían la cara de Naruo, tenían que tener cuidado, pero siempre careciste de paciencia con cierto tipo de gente, por lo que lo último que tu padre te pidió fue que te comportaras y trataras de hacer de una dama dulce, delicada, frágil y sumisa a su marido. Así sería, o al menos hasta que ya estuvieras casada.

Maldito matrimonio, me hiciste muy feliz. (ERWIN X READER) FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora