DUE.

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Sofía.

22:00 PM.

El Felipe me había invitado a una fiesta a la cual obviameeeente, iba el Cristóbal.

No me mal interpreten, él no me cae mal, pero es bastaaante weon.

¿Sabían que siempre que salía, me lo topaba? Incluso en lugares en donde me hacía una idea que él no aparecería, allí estaba este weoncito.

Pero filo, tenía que acostumbrarme a la idea de verlo todos los días, si íbamos hasta en el mismo liceo con nuestro querido mejor amigo.
Solo por él pesco al Cristóbal, si no, no nos hablaríamos.

Me quedé arreglándome frente al espejo que tenía en mi pieza hasta que decidí que debía hablarle al Pipe para saber donde venían.

Abrí su whatsapp y justo me había dicho que llegaron, así que sólo guardé mi celular junto a mis llaves en el bolsillo de la chaqueta de cuerina que me había puesto. Crop top blanco; listo. Pants negros; listos. Y evidentemente, mis vans negras que me acompañan en todo momento.

Me despedí de mi vieja y salí de la casa encaminándome hacia el auto del cristóbal y ahí estaba esperándome, él se había bajado pero el pipe no: sapo culiao, siempre dejándome en los momentos incómodos con el cristóbal.

—Wena po cristóbal —le dije al hueón dándole un beso en la mejilla— gracias por venir a buscarme y esas volas — recibí una sonrisa como respuesta del weoncito este.

Me abrió la puerta de copiloto y negué diciéndole un pequeño "gracias" antes de subirme al auto. Apenas me senté, me puse el cinturón de seguridad. Cerró la puerta y rodeó el auto para subirse también al auto.

Este ahueonao se pasaba por el pico los términos básicos de cuidado a la hora de manejar, no se ponía el cinturón de seguridad cuando manejaba, se ponía a fumar como si no hubiera un mañana mientras veía el camino.

Puta igual se ve bonito, pero, ¿y si chocábamos? filo filo, esos pensamientos se esfumaron de mi mente cuando llegamos al lugar de la fiesta; la casa de la Melanie, la mina como más faralita de nuestro liceo, igual no era tan farala como nosotros(no es x presumir cabres, no me mal interpreten)

Me bajé del auto junto a los chiquillos y tomé el brazo de mi mejor amigo para acercarlo a mi, él rodeó mis hombros con este mismo y nos encaminamos los tres hacia la casa de la cabrita esta.

Al momento de entrar, llegó de golpe el olor a copete, cigarro y marihuana de aquí por allá, olor culiao patero de algunas weas (el olor a vodka negro en específico)

CRISTÓBAL.

La Sofía se veía preciosa, ¿qué huea ella y su carita tan bonita? Pero no me pescó más después de que entramos a la casa, era la wea, tengo que distraerme un rato.

—¿ALGUIEN HACE LA FUERZAAAA? —grité adentrándome en un grupo de hueones como de 20 años, pero al hacerlo, recibí respuestas positivas de parte de ellos, así que eso bastaba para quedarme allí.

Dirigí mi mirada hacia mi mejor amigo, el cual se encontraba con la Sofía.
Se estaban riendo, así que preferí volver mi mirada hacia los cabros, que estaban sacando la luca para la F, éramos como diez hueones, así que de más conseguíamos dos g pa fumarle.

Todos me pasaron la luca a mi, así que supuse que tenía que yo buscar la mano; linda la hueá.

Comencé a observar a mi alrededor para ver si algún hueon o alguna dama se encontraba vendiendo de la verdecita que te deja los ojos rojos y así fue. Me encontré a un compita en plena volaita, casi yéndose en pálida, pero lo agarré por los hombros y le hablé.
—Wena wena compañero, ¿a cuanto teni el gramo? —le pregunté mientras mantenía la plata de los chiquillos en mi mano zurda, observándolo hasta que me respondió.

—Lo tengo a cinco luquitas hermano, tan finísimos —me dijo el compita, buena tela el weon este.

—Ya dame dos G hermanito, OIGAN CABROS —Grité hacia el grupo de hueones que se encontraba a unos metros de mi, todos me miraron y se acercaron—, supongo que alguno tiene las weas pa armar los pitos po, supoooongo —dije mientras el compita sacaba los dos g pasándomelos en una bolsita pequeña, yo le pasé las 10 lucas y se fue contento el culiao a vender a otro lado.

—Yo tengooo —y así no más, se apareció la Sofía, metiéndose entre medio de los cabros para lograr llegar a mi y pasarme todo lo que necesitaba pa armar las weaitas, posterior a eso, desapareció. Supuse que se fue con el Felipe de nuevo.

—¿Y ella quién era? ¿qué wea? —preguntó un ahueonao.

—Era mi mina, así que no la miri mucho —dije antes de hablarle a todos— ya cabros, aquí tienen la huea, ármenlo, yo vengo altoque —-al mismo hueon que le preguntó quién era la Sofía, le pasé las cosas que me había dado junto con las dos bolsitas que contenía nuestros preciados gramos de la verde.

Empecé a buscar a la Sofi y claramente estaba con el Felipe, así que me acerqué a ellos.
—Cabros, voy a fumar, si el Felipe no está ebrio a lo que nos vayamos, él maneja, porque yo creo que voy a estar muy drogao como pa ir y toa la wea de manejar —le pasé las llaves del auto al Pipe—, y si en el caso de que no sea así y el Pipe está muy ebrio como yo muy drogado, maneja la Sofía —les hablé a los dos.

—No hay problema, capitán —dijeron al unísono regalándome una sonrisa, sabía que la de la Sofía era más webeá, pero trataba de hacerla pasar piola.

—Bueno cabros, me viro —les dije antes de desaparecer con el grupo de hueones con los que había hecho la fuerza.

— Wena ctm, ya tienen los pi... —Al ver que salieron cuatro pititos gracias a los 2 g, reclamé para mis adentros(de esa wea sacaba más), pero vi como uno de los cabros me acercaba uno junto a un encendedor para prenderlo. Le agradecí y prendí el porro mientras veía como los otros tres también se prendían—, ¿corre que te pillo o ke weaaa? —alcé la voz ya que la música sonaba muy fuerte y sentí como alguien me chocaba, me giré y noté quien era; la Melanie—, oe compa, baila con cuidado, no vei que hay gente aquí —dije antes de pegarle unas dos caladas al pito y correrlo hacia la derecha, mientras que otro me llegaba por la izquierda con rapidez.

Y sí gente, estábamos haciendo un corre que te pillo en un círculo culiao gigante, fumábamos como si nuestra vida dependiera de ello, pero lo disfrutábamos como de puta mierda.

Miré a mi alrededor y me observé variad weas, había gente bailando, gente comiéndose, gente que tomaba como si no hubiera un mañana(como nosotros fumándonos los pitos) y estaban el Felipe con la Sofía en una esquina observándome con cara de no-vai-a-subirte-ni-cagando-al-auto.

Al finalizar con los cabros los pitos, cada quien se fue por su lado y yo me fui hacia no sé dónde chucha pero terminé con una mina bailándome encima, cosa ma wena.

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VOTEN, VOTEN, VOTEN. <3

NIÑO MAL PORTAUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora