UNDICI.

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Sofía.

Había decidido que daría exámenes libres, dado a que después de lo que me pasó quedé con severos problemas y con sus cuantas pastillas diarias, pero podía sobrevivir.

Me conseguía la materia con la Maite y con el Felipe, eran los dos mateos de los 4tos, así que me salvaban, ojalá estuvieran juntos estos dos weones tontos.

Hoy era Lunes, así que supuse que alguno de ellos vendría junto al Cristóbal, el hueon ya parecía ser de mi casa, igual me caía bien.

Mi mamá empezó a faltar al trabajo, dijo que le dieron vacaciones pero no le compro ni una, como era temprano, bajé para tomar desayuno con ella y sacarle la verdad no más po, no creo que me cueste tanto.

—Oye vieja, ¿te ayudo en algo? —le pregunté apoyándome en el mueble que teníamos como encimera, aguanten las cocinas americanas.

—No Sofi, ya terminé —colocó el plato con palta encima de la mesita que teníamos dentro de la cocina y se sentó colocando el agua caliente que estaba en el hervidor en ambas tazas puestas.

Me senté a un lado de ella y agarré unas galletas de soda que me quedaban de ayer, les unté un poco de palta y me preparé el té, echándole como cuatro cucharadas de azúcar.

—¿Qué te pasó en verdad, mamá? ¿te echaron? ¿tení problemas en el trabajo? ¿te están haciendo algo? —solté sin pelos en la lengua, antes de beberme con lentitud el té y comerme la galleta, era la única que iba a comer porque mi apetito estaba malo a esta hora, después me pegaba los sendos bajones.

—No te voy a mentir, yo no me siento cómoda ahí. El jefe me tiene en la mira y me tiene de perkin haciéndome correr de aquí para allá, se aprovecha de mi en algunas situaciones e igual yo ya estoy chata —me comentó antes de tomar un poco de aire y continuar hablando—, siento que me hace mal, así que me tomé unas dos semanas de vacaciones para luego renunciar, empiezan desde hoy así que apenas vuelva renuncio. Tengo pensando en ir a denunciarlo también a la inspección, así que lo tengo cagao.

—Puta vieja, tú sabi que yo te apoyo en todo. Incluso si queri me pongo a trabajar part time y la hacemos las dos pa mantener la casa, te puede salvar caleta igual, estudio los días de semana y me pongo a trabajar los fines de semana —tenía 18 ya, podía conseguir trabajo en alguna huea como el Doggis o algo así, no creo que sea tan difícil.

(...)

Ya eran las 15:30, mi mamá había salido a comprar cosas pal almuerzo porque le dije que venían mis amigos, los ama mucho y me agrada porque es pulento el sentimiento de que ella se lleve bien con mis bebés bonitos.

El Cristóbal fue el primero en aparecerse por mí casa, como prometió, me trajo un polerón suyo para que pudiera dormir con él todas las noches, según lo que él dijo que iba a hacer.... No mentía, pero no le iba a decir que era verdad.

Después de unos cinco minutos retándolo porque se empezó a comer las hueás que habían en el refrigerador, apareció el Felipe junto al Dante y la Maite, a ésta última me la llevé a mi pieza pa copucharle un rato que había pasado ayer con el Pipe, ya que con el Cristóbal nos habíamos salido de la piscina y ellos dos se quedaron solos en el agua.

Pero puta, recibí puras respuestas evasivas al tema, así que preferí dejar la wea hasta ahí y volver a bajar con ella.

Justo llegó mi mamita con todas las compras para cocinar, como se suponía que sabía, trajo unas cuantas ensaladas, hamburguesas de soya para el Cristóbal y para mi.

Le dediqué una gran sonrisa  porque no pensé que se acordaría de traernos.

A los chiquillos les trajo unos bistec, supuse que va a preparar papas fritas porque trajo como dos kilos de papa.

Decidimos dejarla sola con su concentración para cocinar porque sabía que tenía que enfocarse en otra cosa para que no pensara en el trabajo y no iba a estar yo encima de ella recordándole que tenía que hacer las cosas con lentitud y adecuadamente para que no le metieran el pico en el ojo con el finiquito que debían darle, iba a sacar unas buenas lucas que nos durarían un par de meses para sobrevivir y yo tenía que sí o si conseguirme una pega pa ayudarla también.

—Oye amiga, ¿qué onda tu mamá? la  veo un poco rara e incómoda, ¿le está pasando alguna huea? —me preguntó entre susurros la Maite para que ninguno de los cabros escucharan, aunque estaban pegaos viendo un partido de dos equipos que yo desconocía por completo.

—Está con ataos en la pega, va a renunciar por acoso del jefe. —le susurré de vuelta, mientras le dedicaba un intento de sonrisa que pareció más una mueca en desacuerdo con todo lo que le estaba pasando a mi mamá.

—Cuático, cualquier cosa sabís que estoy aquí con mis viejos para ustedes —me abrazó y me acarició la espalda con suavidad pa luego darme un besito en la frente, que es linda mi niña por la chucha.

—Oye bonita, ¿querís que salgamos a dar una vuelta? —me  preguntó el Dante antes de acercarse al sillón en donde estábamos junto a la Maite y rodearme los hombros con su brazo, cosa que quité de una su brazo y le negué.

—Sale pa allá indecente culiao, no tengo ganas de salir a ningún lado contigo. Aparte que están mis invitados aquí, cosa que tú también eres, así que no te pongai weta y siéntate en donde estabai no más —lo empecé a empujar para que saliera, cosa que hizo y volvió a sentarse en el otro sillón que teníamos al lado de los cabros.

—SOFÍA, QUÉ SON ESAS PALABRAS DE "INDECENTE CULIAO", NO SEAI GROSERA CABRA CHICA Y VENGAN A COMER —gritó mi mamá y los cabros se empezaron a reír por el reto que recibí por putearme al Dante.

Pero filo, todos nos levantamos y entramos a la cocina sentándonos en los lugares correspondientes.

el Felipe con la Maite a un lado mío, al frente el Dante junto al Cristóbal y en la cabecera se sentó mi mamá, colocando el bowl con papas fritas, el bowl con la lechuga y el apio mezclados.

Finalmente comenzamos a comer todos en silencio, era agradable pasar mis tardes así, con los cabros y ahora mi mamita también.

(..)

17:30 de la tarde marcaba el reloj que teníamos en la pared en el living, los chiquillos aún seguían conmigo y se iban en un rato más, al Cristóbal le había llegado un mensaje de la Melanie, así que lo leyó en voz alta porque en esta casa a todos nos cae mal o eso creía yo.

—CITO TAL CUAL DICE AQUÍ:
"Cristóbal bonito, el Viernes hay una fiesta, podrías venir tu solito porque tus "amiguitas" me caen mal y que asco esas perras, aunque sé que vas a venir con ellas igual, es en la casa de la Millaray, espero que vengas, besos" —terminó decir y nos miro a todos, nos reímos por un rato, pero igual aceptamos ir. Ella sabía que si invitaba a uno, íbamos todos—. Ya, ya, le voy a mandar un mensaje diciéndole que si vamos —en menos de cinco segundos, sonó como el mensaje había sido enviado y guardó su teléfono en su chaqueta, sonriéndome.

Me levanté del sillón para dirigirme a mi pieza y colocarme el polerón que el Cristóbal me pasó, volví a donde estaban y le hice una señal para que me acompañara al patio, se levantó altiro y salimos.

—Oye, gracias por prestármelo, te pasaste —le dije antes de abrazarlo y dejarle un beso en la mejilla.

—Era con una condición po Sofía, tú la tenís más que clara —me dijo tomándome de la cintura.

(..)

Cristóbal.

La tomé de la cintura y la apegué a mi, no tenía nada que perder, ella ya tenía puesto el polerón, sólo tenía que dar el siguiente paso.

—Pero Cristóbal, si sabís que no puedo. —me dijo mirándome con sus ojitos bonitos y fruncí el ceño mientras relamía mis labios mirándola de vuelta.

—Puedes, como yo puedo, así que cállate y sígueme el juego —le dije antes de unir nuestros labios en un beso, el cual ella correspondió luego de unos segundos.

NIÑO MAL PORTAUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora