Capitulo 2

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Taehyung -

¿¡Qué carajos quieren ahora!? No entienden que quiero estar solo, no quiero escuchar más que la música en la habitación.

- ¡Señor! - grita el ayudante de mi padre al irrumpir en mi habitación -, ¡señor! - repite más fuerte. Pongo pausa a la música, me pongo de pie y lo miro.

- He oído que me hablas desde hace cinco minutos, ¿no captaste que te ignoraba? - mueve los labios pero no dice nada -. Y bien, ¿qué es lo qué quieres? 

- Su padre ha pedido que vaya a la oficina, dijo que es urgente - sonrío con desaire.

- ¿Urgente?, no me digas, pretende verme para hacerme cambiar de opinión con respecto a irme lejos, ¿no? - muevo la cabeza negando. Park me mira con la esperanza de que acepte -. Bien, iré. Pero es la última vez.

Camino hasta el auto, el chofer está esperándome con la puerta del auto abierta.

- Hoy no, iré por mi cuenta.

Tomo las llames del maserati y me voy. Todos los días me parecen iguales, los días largos y las noches demasiado cortas. 

Paso de largo la desviación, es un camino más corto pero no pienso pasar por ahí nunca más. Evito pensar en aquel día, como pude ser tan idiota con ella.

Llego al edificio principal de la academia, subo a su oficina. Su secretaria me dice que en cinco minutos podré pasar, hago caso omiso y entro.

- Tae, sientate - de mala gana me dejo caer en una de las sillas frente a su escritorio -. Ya entendí que no haré que cambies de opinión, te irás y debo de aceptarlo pero necesito que me ayudes con algo antes. Me quede sin uno de los maestros de jazz para primer grado...

- No.

- Tae, serán solo unos meses. Después de eso, lo que decidas será ley, no te molestaré.

- ¿Lo prometes? - asiente -. De acuerdo, lo haré, pero a mi modo.

Después de esto necesito un café, extrañamente el de la cafetería de la academia no ha dejado de ser mi favorito. Prefiero caminar hasta allá que ir en el auto, el día está perfecto para eso, nublado y sin aire, tranquilo.

- Hola, un expreso grande - digo al entrar.

Una chica está rogándole a la chica de la caja que le permita trabajar pero ella insiste en que no puede dar empleo a las de primer año. Se nota su desesperación en la voz, usualmente me daría lo mismo pero por su aspecto sé que habla en serio cuando dice necesitar el dinero.

- Clark - ella me mira.

- Tae, pensé que ya no estabas en la ciudad - la chica nos mira confundida.

- Dale el trabajo, jamás has respetado las reglas de la academia, ¿lo olvidas? - hago referencia a un asunto que tenemos pendiente.

- Bien. Empiezas el siguiente lunes a las siete - dice de mala gana -, cuando inicien tus clases acomodaremos tus horarios.

Clark se mete a la oficina sin mirarme. La chica se acerca a mí pero no dice nada.

- No agradezcas, no lo hice por ti. Ni siquiera nos conocemos.

- No pensaba agradecerte - se lame el labio inferior -. Si lo iba  hacer, en serio esto significa mucho. Mis padres no tienen para completar los pagos de...

- No me interesa - la interrumpo. No quiero ser grosero, pero no puedo ni con mis problemas. Es innecesario cargar con los de alguien más -. Aprovéchalo, solo eso.







Bésame mientras bailamos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora