T/N
Cierro la puerta de mi casa, detrás de mí. Mama y Papa siempre me pedían que volviera después de clases pero, esta vez había decidido ir a explorar un lugar. Tengo 17 años y ya tengo que ganar un poco de independencia, así que será lo primero que hare, explorar. Desde hace unos días había visto que los cuervos se dirigían a un punto de la ciudad y cantaban su dulce canción de la muerte. Me intriga saber que hay en ese lugar y porque los cuervos se agitan tanto en ese lugar precisamente. Realice varias investigaciones por internet varios días atrás y si mis hipótesis son correctas en ese lugar está la iglesia de la ciudad.
Baje la colina que me dirige al instituto y me cruzo a algo que los demás llaman "amiga", para mi simplemente diría que es una persona que aun no he matado. Ella me habla, yo respondo. La sociedad lo considera como crear lazos, yo lo considero una manera de reclutar información que me puede ser útil. Así es, soy diferente, pero me adapto. La chica que me espera justo abajo tiene unos inmensos ojos azules que me dan ganas de arrancar porque odio ese color y en pelo negro como el carbón, largo como el rio, medio suelto y atadas en dos semi-coletas que le dan un aspecto infantil. He oído decir en el instituto tiene una buena reputación con los chicos y las chicas pero, les daba miedo hablar con ella, por su aspecto autoritario. Tuve la mala suerte de estar en el mismo colegio que ella y ayudarla en el momento inoportuno. Ahora me arrepiento. Se pego a mí y para evitar que los demás alumnos me molestaran aun más, tenía que responder y comentar cada una de sus frases. Esa tonta pensó que compartía los mismos sentimientos que ella, la solitud y la desesperación. Cosa que es falso, la solitud es mi mejor amiga, pero nunca me he sentido desesperada hacia algo o alguien. No lo merecen.
—¡Hola _____! —me saludo con su irritante voz, mientras sonreía falsamente— ¿Qué tal amaneciste hoy?
—Hola —Fingí una sonrisa mientras levantaba la mano— como siempre ¿y tú?
—Algo agotada... Ayer no he podido terminar el libro de magia que me prestaste y la verdad me arrepiento, ¡me tiene intrigada manipular ese hechizo de acumulación!
—¡Ah! —me exclamo, recordando saber de qué libro me estaba hablando— Ese hechizo...al principio parece difícil pero con práctica tal vez lo consigas controlar.
—¿Tal vez? ¿A qué te refieres a "Tal vez"? —preguntó con un tono molesto mientras me corta el paso, se llevo la mano al pecho y comenzó a recitar de un tono soronel su estúpida frase— Te recuerdo que soy una Tohsaka y nada es imposible para mí sobre todo si se trata de magia baka.
Tenía la impresión de escuchar en bucle una y otra vez la misma frase, "porque soy una Tohsaka y ñañaña", parecía un disco rayado. Pongo los ojos en blanco mientras murmuro hacia mis adentros.
—Si claro....
Rin me da un pequeño codazo amistoso, que me fuerza a sonreír de nuevo. Odio que la gente me toque sin previo aviso. El contacto físico me incomoda desde que tengo memoria, no le encuentro ninguna utilidad, excepto para robar cosas...
—¿y tú has conseguido controlar algún elemento con algunas de las notas que te di?
—La verdad, me ha sido muy útil, ya consigo controlar los cinco elementos.
Realmente sabia controlar los elementos desde siempre, pero las notas me han ayudado a perfeccionar el control de los cinco. Por eso perdono sus contactos físicos.
—¡¿¿qué??! ¿Los cinco en una sola noche?
Gritó mientras se volvía a parar mientras abría sus ojos de par en par. Respondí con un movimiento de cabeza para indicar que sí. La verdad no veo lo que tiene de impresionante, con las instrucciones tan claras que me ha escrito (sin que tuviera que pedírselo) me ha permitido perfeccionarlos en una sola hora. Ya que yo también pertenezco a una familia donde la magia rivaliza, incluso sobrepasa la potencia mágica de los Tohsaka. No obstante a mi familia siempre le ha gustado mantenerse discretos, durante varias generaciones. Supongo que la ignorancia de Tohsaka hace que lo vea como un evento "espectacular". Oigo sus pasos acelerarse, para llegar a mi ritmo, pero vuelve a interponerse en mi camino para mirarme con la misma cara de sorpresa. Eso hace que mis instintos asesinos se agiten, pero hay demasiado gente y una de las reglas del mundo del asesinato, es que hay que guardar discreción.
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Fate: Rojo Carmesi [Gilgamesh x Tu] |Toma 1|
Historische RomaneEntras en una iglesia por curiosidad y te das cuenta que eres la elegida para participar a la guerra del santo grial! Pero no con cualquier servent si no con el mismisimo Gilgamesh, un rey arrogante y orgulloso. Como terminara toda esta locura? Gana...