Emily estaba parada fuera de la casa de Liam esperando a que éste la atienda, llevaba un pantalón azul oscuro ancho que llegaba hasta su cintura, un top blanco que dejaba ver unos centímetros de su abdomen y unos zapatos negros altos, su cara estaba maquillada porque estaba toda hinchada de tanto llorar, su amiga había hecho el mejor trabajo que había podido hacer, o al menos eso le había dicho. Su pelo simplemente lo llevaba suelto y natural, amaba llevarlo de esa forma.
-¿Em? – Emily escuchó la voz de Liam e hizo un sonido de afirmación – pasa – y tras eso escuchó el ruido que hizo la puerta indicándole que podía pasar.
Emily se adentró al edificio mientras iba caminando hacia el ascensor, miraba cada detalle de ese hermoso edificio, intentando concentrarse en eso y no en los nervios que sentía, no sabía por qué se encontraba así, ella ya había salido con muchos chicos y nunca se había sentido así de nerviosa ¿qué le pasaba?
Liam se encontraba mirando todo a su alrededor para ver si todo estaba en perfectas condiciones, quería que esa noche sea perfecta, tal vez así lograba sanar al menos un poquito el corazón de Emily, sentía demasiada impotencia, sentía demasiada necesidad de salvarla de sus padres, pero sabía que nada podía hacer, él solo era un chico al que acababa de conocer, suspiró. Miró todo una vez más, y en ese momento escuchó como la puerta de su apartamento sonó, rascó su cabeza con nerviosismo al tiempo que se acercaba a la puerta, se miró al espejo al tiempo que se fijaba que todo esté en su lugar, llevaba puesto un jean, una camisa celeste clarito y unos zapatos, acomodó el cuello de su camisa a pesar de que se encontraba perfecto y abrió la puerta con una sonrisa.
-Hola Em – saludó Liam al tiempo que se acercaba a dejar un beso en la mejilla de la chica.
-Hola – saludó mientras que se mordía el labio inferior con nerviosismo, Liam no pudo evitar mirar los labios de la chica con ganas de besarlo.
-Pasa – se hizo a un lado, intentando dejar de mirar sus labios, Emily pasó y miró todo a su alrededor, todo estaba perfectamente ordenado.
Entró al apartamento y se encontró con el living, vio un sillón de tres cuerpos negro y dos butacas de color cremita, una mesa ratona de madera oscura, un rack oscuro también donde había una enorme televisión, sonrió al ver debajo un Play Station y varios juegos, debajo de la mesa ratona había una alfombra del mismo color que las butacas, todo se veía perfectamente combinado y armonioso.
-Quiero conocer tu casa – dijo Emily con una sonrisa compradora, Liam se mordió el labio, pidiéndole al mismísimo Dios que no vuelva a sonreírle así.
-Vamos – dijo Liam mientras tomaba la mano de Emily.
Pasaron por una puerta que Emily visualizó a la izquierda del living y se adentraron a una amplia cocina con una enorme isla en el medio, todos los electrodomésticos de la cocina eran de color plateado, mientras que el resto de la cocina era negra, salvo el piso que era blanco. Luego la llevó de nuevo hacia el living y fueron hacia la puerta de la derecha, donde había un pequeño pasillo con cuatro puertas. Abrió la primer puerta a la derecha y se encontraba la habitación de Liam, las paredes pintadas de blanco, los muebles color madera y las cortinas de su habitación junto con su cubrecamas de un azul oscuro, Liam le indicó que una puerta era su vestidor y la otra el baño, Emily no dudó en mirar ambos con una sonrisa traviesa mientras caminaba hacia esas puertas. Luego le mostró las otras tres puertas del pasillo, en una había una habitación también en suite con una cama de dos plazas, en otra había un escritorio y en la otra un baño. Por último pasaron nuevamente al living, donde había una enorme puerta-ventana de vidrio, pasaron por allí y había una hermosa terraza, con una mesa, dos sillas y una cómoda hamaca de jardín de madera. Desde ese balcón sentía que podía llegar a ver gran parte de Nueva York, estaban en el piso número 14.
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Nueva vida
Romansa[Editando] Ser parte de la familia Harrington es tener todo y nada a la vez. Ser empleado de la familia Harrington es ser paciente y discreto. Ser un Harrington significa saber aparentar felicidad y sentirse roto por dentro. Ser empleado de un Ha...