Capítulo tres ✔

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            El domingo pasó en un abrir y cerrar de ojos y ya era lunes, Emily estaba totalmente desilusionada, Liam no le había escrito, y ella no tenía el número de él para escribirle, estaba incluso algo triste y no entendía muy bien porqué, era solo un chico, uno más, ¿por qué le daba tanta importancia al tema? Bufó, bufó porque no se entendía, porque no entendía por qué Liam no le había escrito y porque se había levantado de mal humor. Seguro que estaba así porque la habían rechazado, a Emily Harrington nunca la rechazan.

-Hola rubia – saludó su amiga alegre una vez que se encontraron en la facultad.

-Hola – dijo la castaña en tono seco.

-Uuu nos levantamos en modo gruñona – dijo Arianna riendo.

-Y tú en modo unicornio – dijo al ver lo alegre que se la veía hoy - ¿Qué te pasa?

-Yo solo estoy feliz, ¿Qué te pasa a vos gruñona? – Emily le lanzó una mirada fulminante a su amiga y ésta mordió su labio inferior para no reírse y empeorar el humor de su amiga – Estoy feliz porque tuve sexo, ¡y no sabes que buen sexo! – Dijo entusiasmada, haciendo que Emily lance una pequeña risita - ¿vos? Seguro que no tuviste sexo porque si no, no llevarías esa cara de amargada.

-No tuve sexo no – dijo negando con la cabeza.

-¿Y el chico de la fiesta? – preguntó frunciendo el ceño, ella había notado como ese chico comía con la mirada a su amiga.

-Solo me llevó a casa – dijo alzando sus hombros – le pasé mi número y no me escribió – dijo bufando.

-Oh esa es la causa de tu mal humor.

-¡No digas estupideces! ¿Cómo un chico va a ponerme de mal humor? A penas lo conozco.

-Amiga se comían con la mirada, es obvio que mínimo se tienen ganas – dijo en tono serio Arianna.

-Sácate esa idea de la cabeza, parece que no le gusta que sea la hija de su jefe – dijo alzando un hombro mientras ambas entraban en el salón de clases – No quiero hablar más del tema – le dijo mirando fijamente a los ojos a su amiga, ella solo bufó y levantó ambas manos en signo de rendición.

Eran las cuatro de la tarde y Emily estaba entrando en la empresa de sus padres, su madre la había llamado porque tenía que hablar con ella, y a pesar de que Emily le insistió en hablar en la casa, Addison se negó rotundamente, dijo que era urgente. Por esa misma razón el mal humor de Emily se había multiplicado, no quería hablar con sus padres eso nunca era bueno, y mucho menos quería verle la cara a Liam.

-Hola señorita Harrington, los señores Harrington la esperan en el despacho de su padre – dijo amablemente la secretaria de sus padres y ella bufó, ¿por qué no la esperaban en el despacho de su madre? Ni siquiera le agradeció a la secretaria, todo su humor había abandonado su cuerpo.

-Hola – saludó secamente Emily mientras se adentraba en el despacho de su padre.

-¡Al fin llegas querida! – Dijo su madre mirándola de arriba abajo - ¿Qué te pusiste? – dijo negando con desaprobación, cuando Emily se levantaba de mal humor no le daban ganas de vestirse bien, por eso llevaba unos jeans y una remera básica, y en sus pies unas zapatillas - ¿Estas sin maquillaje? Emily ¿por qué haces eso? Tú quieres que me muera de un disgusto – dijo Addison llevando una mano a su pecho, sobreactuando como siempre.

-Sabes que debes cuidar tu imagen Emily – le dijo su padre en tono serio y ella bufó mientras ponía sus ojos en blanco, cada segundo que estaba allí su mal humor iba incrementando, y podía sentir la mirada de Liam penetrante, él estaba detrás de su pequeño escritorio escuchando todo.

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